domingo, 12 de mayo de 2019

Menudo problema.

Menudo cabreo tiene la sirena desde que ha estado a punto de convertirse en caldo de bullavesa. Dice la abuela que ni se le ocurrió mirar si Pascualita estaba dentro de la olla exprés. Simplemente le dijo a Geoooorge que pusiera los avíos del cocido y luego la llenara de agua. Cree recordar que el inglés le dijo que agua ya había: - "Pero como estaba atenta al programa de la Esteban, no le eché cuentas y a él no le extrañó traerse la olla llena de agua" - ¡Anda que... menudas narices tiene el tipo ese!

La cuestión es que cuando apagó el fuego el agua estaba a punto de hervir. Menos mal que no le habían puesto la tapa esperando para meter los garbanzos y que éstos no se encallaran.

Dice la abuela que Pascualia salió lanzando dentelladas a diestra y siniestra. ¡Toma, no!. Y en su afán de sacarla cuanto antes de allí, se quemó los dedos y gritó. El mayordomo corrió raudo en ayuda de su señora pero ella gritó: - "¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!" - Y salió por pies de la cocina.

Con ayuda de una espumadera sacó a la pobre infeliz. Los pelo-algas colgaban, lisos, ante su cara. Los ojos desorbitados, el miedo pintado en su rostro y la cara roja como un tomate, le daban un aire distinto del habitual. - ¿Le hiciste una foto, abuela? - "¡Claro que no! La pobre se estaba cociendo y  había que ayudarla , no retratarla, boba de Coria."

Pues es una pena porque me hubiese gustado verla con un color de cara normal, no de ahogada veterana, como siempre. - Seguro que estaba más guapa... - "¿Cómo que Más, guapa? Lo está siempre." - ¿Has pedido hora al oculista?

De nuevo tengo el problema del alojamiento de la sirena. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¿No me digas que estás pensando, nena? - Sí... ¿Qué hace? - Llamar al 061, por si te da un ataque.

Le planteé mi problema a la Cotilla. - Necesito un cacharro para meter un pez. - ¿Uno solo? ¿Grande?  - Como una sardina pero debe poder moverse con soltura.

De madrugada, después de trapichear varias horas, llegó a casa. Traía una cesta negra de plástico de las que usan los albañiles. - ¿La ha comprado? - Estaba abandonada cerca de un contenedor de basura. - Pues parece nueva... - Y lo és. - ¿Seguro que la ha encontrado? - ¡Que sí, pesada!... Justo, enfrente, hay una ferretería... - ¿Y venden cestas de éstas? - Sí. Venden de todo. - ¡¡¡YA LA ESTÁ DEVOLVIENDO O LLAMO A BEDULIO!!! - Eso ¡llámale y jugaremos al parchís.!


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