domingo, 28 de junio de 2015

Como un churrasco.

Después de la resaca, nada mejor que tumbarme en la arena de una playa desierta,  de aguas cristalinas y fresquitas. Y entregarme al doce far niente. A no hacer Ni brot, como decimos aquí. Y es lo que he hecho.

Levantarme temprano, a las seis de la mañana. Coger el primer autobús y al llegar a la playa, sentirme como Cristóbal Colón cuando descubrió América y extendió la mirada sobre la arena solitaria diciendo: - Playa, date por conquistada.  Después del primer baño del día he tendido la toalla, me he puesto encima y... no recuerdo nada más.

Unas risas estridentes me han despertado. - "¡Se puede freír un huevo encima de su barriga!" jajajajajaja... - ¿Llamamos a los bomberos? - "Vale. Que vengan los del calendario" - ¿Abuela? - "Vaya, el churrasco está vivo"

Entonces la abuela me entregó el termo de los chinos. - "Me voy a nadar. Guarda ésto" - ¿Está... ella... dentro...? -  Mi lengua parecía de esparto. La cabeza reaccionaba lentamente. Y el cuerpo me hervía por dentro y por fuera. Pensé que esta pasando la época del celo... ¿soy una perra?... ¿una vaca? ... ¿quién soy?... No encontré respuesta.

Agarré el termo como si fuera mi tabla de salvación. Entonces llegaron unas personas que me zarandearon, mientras me ponían a parir diciendo que estaba loca, que era una inconsciente y no sé cuantas cosas más. Pensé que me conocían... Pero sus caras estaban borrosas. Alguien cogió el termo y me resistí pero cualquier movimiento me causaba dolor - ¿Pascualita me ha mordido? (me dije)

Me debatí con todas mis fuerzas para proteger a la sirena de los ladrones. Entonces me di cuenta de que me habían tumbado - ¡Oh, Dios! Van a hacerme un biznieto y no estoy en mi mejor día. También es mala suerte. - La música de fondo sonaba a algo así como ¡ni, no, ni no, ni, no...! Era monótona y reiterativa pero, por lo menos, el acto trascendental (que no sabía si había empezado ya porque todo parecía moverse a mi al rededor) tendría su melodía.

De repente sentí un dolor muy fuerte en la boca . Quise gritar, saltar, correr, llorar (eso sí lo hice) pero no pude. La voz de la abuela llegó entre brumas - "¡El termo. Cuidado con el termo!" - ¿Qué demonios lleva? - "Agua de mar" - Otra voz grito: - ¡Mirad, se le ponen los labios como a Kim Basinguer! Dejádme ese termo. - "Mi nieta es alérgica" (dijo con aplomo) - Y  ¿por qué lleva agua de mar? - "Porque es tonta. No saben la cruz que tengo con ella" - Viendo la insolación que ha pillado, nos hacemos una idea. - ¿Insolación? (pensé)... Entonces ¿de biznieto... nada de nada? Casi mejor porque no tengo el cuerpo para alegrías eróticas...

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