domingo, 8 de abril de 2012

No puedo  mirar a la Cotilla a la cara, me entra la risa. ¿Esto quiere decir que soy mala? ¡No, que va! Es porque, siendo ella la cotilla mayor del reino, no se ha enterado de lo que le atañe. ¡No sabe que Blas está casado y es padre de familia numerosísima!

El domingo de Pascua nos comemos a Pascual, el cordero... bueno, al cordero pascual y están todos invitados a casa. De buena mañana, la abuela me está dando la vara sobre lo que tengo, o no, que ponerme porque vendrán mi prometido (¡¿?!) y mi futuro suegro.Pero me resisto a emperifollarme para seguir agrandando la mentira. Llevo toda la mañana limpiando. La abuela está asombrada y tiene el corazón partío entre que siga con la limpieza hecha una zarrapastrosa o que lo deje todo a medias, me duche y me acicale para que, cuando venga mi Romeo, encuentre a su Julieta (yo) hecha un pincel.

La Cotilla está histérica, no sabe qué ponerse y ha venido varias veces para que le diéramos opinión sobre la ropa que llevará este mediodía. Al final ha acabado mosqueándose conmigo porque, cada vez que entra, me río. - ¡A ver si te crees que eres Miss Universo, bonita! Bueno, qué ¿este conjunto tampoco os gusta? - La pobre llegará cansada a la comida con tanto subir y bajar.

En una de sus visitas relámpago por poco pilla a la abuela escribiendo el borrador de la carta en la que le contará toda la verdad de Blas. Sentada a la mesa de la cocina, con Pascualita en el borde de la pecera, va redactando, laboriosamente, el texto, consensuándolo con la sirena. -" ¿Te parece bien esta frase?: Dile que te enseñe su cartera, no encontrarás un euro pero sí una foto, con mucha gente... ¿qué quién son? te preguntarás... ¡Su familia numerosa!..." - La sirena, que la miraba fijamente con sus ojos saltones de pez, no reaccionó - "Tienes razón. Tengo que ser más sutil... a ver así : ¿Pregúntale si le gustaría tener NUEVE niños?..." - Pascualita seguía pendiente de las palabras de la abuela - "¡No sé cómo decírselo!... A ver ahora: Sé, de buena tinta, que si Blas se casa contigo será bígamo... ¿Qué?... ¿Mejor, no?... ¿y si resulta que no sabe lo qué quiere decir bígamo y lo toma por bígaro? no se enterará de nada... Esto es más difícil que pedir una subvención y que te la den..."

He esperado hasta el último minuto para arreglarme y  me ha pillado el toro. He salido a abrir la puerta con la cara verde, el color de la mascarilla. A Andresito por poco le da un infarto. Al bobo de Coria que se dice mi novio, le ha encantado (¿hay algo que le disguste de lo que hago?)

El cordero ha estado riquísimo y he comido hasta hartarme, luego he soltado un sonoro eructo que ha hecho temblar las paredes de casa. He oído un ¡chof! cuando Pascualita se ha zambullido, asustada. La Cotilla ni se ha enterado, solo tiene ojos para Blas al que le costaba tragar la comida.

Hemos pasado a la salita a tomar el café y la abuela por poco me lo tira encima de lo enfada que está conmigo. Total porque me ha dado por soltar frases como: - ¡Que buena pareja hacéis!... Ni siquiera se notan los treinta años que os separan... ¿Por qué no esperamos nosotros a tener su edad para casarnos? (pregunté al Médico) se les ve tan felices... - Yo no puedo esperar tanto, nena (respondió fogoso mi "novio") - Pues yo sí, ya ves. - Me dí cuenta tiempo de que empezaba a tratarlo mal y eso le excitaba así que volví a aburrirlo, diciéndole: - ¡Que felíz soy, pichoncito!

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