martes, 19 de noviembre de 2013

- Abuela ¿estás mustia? - "Estoy triste. Y el tiempo también. La lluvia, que no cesa, son lágrimas que hemos llorado y han quedado almacenadas más allá de las nubes. Un día caen y el corazón de los que no encuentran consuelo a las ausencias, vuelve a sangrar y yo solo puedo mandarles un beso"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Guardas alguna mantilla de tu nieta?... Mientras me contestas, me tomaré un café con leche - "¿De cuándo era pequeña?" - Claro... Acércame esas magdalenas. - Abuela, dale la mantilla y que se largue o nos quedaremos sin desayuno. - "¡No me digas que vas a hacer una buena obra! Cotilla, te estás impregnando del Espíritu Navideño" - ¿Qué es eso?... ¡Pásame el azúcar, rácana! - ¡Ya se ha puesto cinco cucharadas! - CUCHARADITAS. Nada de cucharadas - "¿Para que la quieres?" - Para traerme una lechona. Me dio la idea una artista, que salió en el periódico y todo. Liaba  la lechona en un mantón de bebé y salía del supermercado tan pancha. - ¿Y dónde está ahora? - Creo que en la cárcel. ¿Os dais cuenta en qué País vivimos? En cuanto eres distinta al resto de la ciudadanía, te encierran. Los artistas somos unos incomprendidos. - Dirá los ladrones. - Ves. Tu tampoco me comprendes... aunque de ti no se puede esperar mucho más... No guardes la magdalena que sobra. Ya me la como yo.

La abuela le entregó la mantilla, naturalmente y a media mañana la Cotilla entró en casa a toda velocidad. Nunca pensé que esas piernecillas corrieran tanto - ¡Cierra, cierra, que viene Bedulio! - Cinco minutos después, el Municipal llamaba a la puerta. Al verme me dijo, muy serio - ¿Hace unos días, has tenido un bebé? - Que yo sepa, no (dije, asombrada) - Ya empezamos. ¿Si no lo sabes tú quién lo va a saber? - ¿Por qué? - Porque te habrás acostado con alguien, digo yo. - Le importará mucho con quién me acuesto o me levanto. - Chist. Sin faltar, que soy la autoridad. ¿Cómo se llama el bebé? - ¿Qué bebé? - El que has tenido. - ¿Yoooooooooooo? Es la primera noticia que tengo. - Que razón tiene la Cotilla cuando dice que tu abuela tiene una cruz contigo. ¿Pero cómo no vas a saber si has parido?... aunque ahora, con la epidural... En definitiva ¿hay un bebé en ésta casa, si o no? - Entonces apareció la abuela - "¡Hombre, Bedulio! Pasa, pasa ¿quiéres un chinchón?" - Estoy de servicio... ¿Ya es usted bisabuela? - "¡Que más quisiera yo!... ¿Vienes como futuro padre de mi bisnieto? - ¡¡¡Abuela!!! - El Municipal se puso como un tomate. - ¿Dónde está el niño? He visto entrar a la Cotilla con uno en brazos y quiero ver si es niño o cochinillo. - "Un poco cochinillos son, Bedulio. Pero ahora, con los pañales desechables es otra cosa"

En vista de que no aclaraba nada, el Municipal fue a por una orden de registro y volvió con un compañero - "¿Qué buscarás ésta vez, Bedulio?" - Un bebé... o un cochinillo. - ¿Bedulio?(la voz del compañero sonaba a guasa) ¿En serio te llamas Bedulio? jejejejejeje Esto tengo que contarlo jejejeje.

La búsqueda fue infructuosa. Al llegar a la cocina, al guardia le llamó la atención la pila bautismal - ¿No buscábamos algo así, Bedulio? jejejejeje ¿Qué es? preguntó a la abuela - "Una pecera con forma de pila bautismal románica del año 1000? - (¡Estábamos perdidas!) - ¿De dónde la ha sacado? - "De la tienda de los chinos. Tienen de todo". - Está muy bien imitada.

Cuando por fin se fueron, la Cotilla, que había estado escondida todo el tiempo dentro del congelador, salió tiritando. - ¿Era necesario darles tanto palique? - "¿Está el pollito en el huevo?" - ¿Habláis en clave? - "Por algo fuimos espías durante la guerra ¿verdad Cotilla?" - Y las espías buenas nunca dicen que no a unas copitas de chinchón. - "¡Tú lo has dicho, compañera!" - Más tarde me enteré de que la lechona (el pollito) estaba en el congelador (el huevo) ¡Tócate las narices, Ramona!

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