lunes, 18 de noviembre de 2013

Mientras la abuela preparaba el desayuno hemos oído la "dulce" voz de la Cotilla -¡Avemariapurísimaaaaaa! Me ha llegado el olorcito del café recién echo, hasta casa. - Lo que es un milagro porque tenemos la ventana cerrada. - Pero a la mía le falta un cristal. - ¿Y? - Que en la cocina hace frío y aquí no. - O sea, que viene a pegar la gorra de buena mañana. - Que sosa eres hija... ¿solo tenéis galletas María?

- "El frío ha venido tan de repente que ha congelado las meninges de más de uno o una" - No te extrañe. Yo misma me quedé en blanco ayer cuando, estando en misa, el cura en su sermón dijo que si tocábamos el dinero de los cepillos de la iglesia Dios lo sabría porque tiene un ojo que todo lo ve. Juraría que me hablaba a mi y no sé por qué. Repitió lo del ojo unas cuantas veces con voz tonante y sin perderme de vista. Y sigo sin saber por qué. Tal vez se lo decía a la señora encopetada que se sentaba a mi derecha y que se dejó el bolso en el banco cuando fue a comulgar. Al volver, en lugar de la paz que normalmente se siente en ese momento, venía crispada y corriendo. Abrió el bolso y la cartera... - "¿Pasó algo más?" - ¿Eh?... pues... no lo sé. Yo ya no estaba allí.

- Cotilla, está haciendo méritos para no pasar frío en toda la eternidad. ¡Arderá en el Infierno! Y ese ojo que todo lo ve es una cámara que están colocado en las iglesias del barrio para controlar a los listos como usted. - ¡No me digas eso! ¿Voy a ser espiada en la casa del Padre? - Es justo y necesario (dije con guasa) - ¿Que mi Padre me espiará por unos céntimos que cojo de vez en cuando y no lo hace con los que se llevan millones a espuertas de los pobres ciudadanos? ¡Me va a oír! - No la pudimos parar.

Unas horas después nos llamó la policía. Habían detenido a una mujer mayor rompiendo las cámaras de las iglesias con el palo de una fregona. - Quiere hablar con ustedes. - "¿Qué has echo, Cotilla?" - ¡Guardádme la comida! ¿Qué has puesto hoy? - "Potaje de garbanzos" - ¡Que no se coma lo mío tu nieta que es una egoísta!

La abuela, Pascualita y yo tomamos el café y el chinchón tranquilamente. La abuela estaba enfadada - "El mundo va mal. Unas dejan que la Capital se llene de basura días y días por su ineptitud y sigue cobrando el oro y el moro. Otro se esconde como una sabandija del requerimiento de un Juez  y se despacha al día siguiente con mentiras de crío y sigue cobrando el oro y el moro. Y la Cotilla, que no tiene donde caerse muerta, está detenida por destrozar unas cámaras de nada. Pascualita, espero que entiendas estas cosas para que, cuando vuelvas a tu hábitat (aquí suspiré y puse los ojos en blanco) no cometas injusticias" - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¿Dónde están mis garbanzos? - "¡Menos mal que te han soltado!" - Y eso que me he revuelto como una fiera cuando he oído comentar que podía irme porque era una vieja chocha. - "Jajajajajajaja ¡Chocha puede pero sorda no!"    


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