sábado, 9 de agosto de 2014

He llamado a la abuela - Es para decirte que no te pongas potingues contra el sol cuando vayas a la playa. - "¿Ya has bebido de buena mañana?" - Te lo digo en serio. Los científicos dicen que tanta crema y tanto aceite en el mar, están haciendo daño a la flora y fauna. - "¿Estás segura que han dicho esto? Mira que eres más tonta que Abundio y lo entiendes todo al revés" - Lo han dicho en la radio. Estamos aceitando el mar en cantidades industriales. - "¿Y qué hago con los que compré? ¿Lo tiro, con lo que me costaron?"

Poco tiempo después el rolls royce aparcó debajo de casa. Lo hace siempre en el carril bus, que es el único sitio donde cabe. Eso le cuesta escuchar broncas y bocinazos a Geooooorge pero él, con su flema británica, los saluda, en inglés, con mucha educación y no se mueve del sitio. A veces incluso le gritan ¡Gibraltar español! El chófer, que está harto de él, ha llamado a la policía local. ¿Y a quién han mandado a poner orden? al Municipal. Cuando ha visto de quién era el coche se le ha mudado el semblante y cuando daba media vuelta para escaquearse, la abuela lo ha llamado mientras se bajaba del cochazo - ¡¡¡Bedulio, que alegría verte!!! (le dio dos sonoros besos que supieron a cuerno quemado al autobusero) - ¡Está usted confraternizando con ésta individua en lugar de sancionarla! (gritó el hombre muy enfadado. Luego le entró la risa floja) ... jijijijijijiji... ¿Bedulio? jajajajajaja ¡¡¡BEDULIO!!!

Aturullado al sentirse diana de las burlas del chófer, el Municipal perdió los papeles y le puso una multa por un montón de motivos al pobre hombre. - ¡Oiga, que los infractores son ellos! - ¡Y yo la autoridad! Y aquí no se ríe nadie si no lo autorizo ¡Y no lo he autorizado! - ¡Esto no va a quedar así! (sacó el móvil e hizo unas cuantas llamadas, mientras en el autobús se montó una trifulca entre los pasajeros que llegaban tarde a sus quehaceres; los que decían que el chófer llevaba razón; los que opinaban que un rolls era un rolls y por lo tanto lo que hiciera estaba bien echo. Otros criticaban a los padres del Municipal porque:  - Un nombre así no se le pone a un niño - ¿A ver si tendremos que pedir permiso para ponerle los nombres a los hijos? (saltó uno) - No me atrevo a preguntar por el que le puso usted a su criatura (le soltó una mujer) - ¡Como mi abuelo: ¡Crisogomo!

La discusión se generalizó porque todos se pusieron contra el padre "desnaturalizado" Mientras tanto legaron coches cargados de sindicalistas, otros con periodistas y cámaras de televisión y unas cuantas furgonetas con antidisturbios. Estaba la calle de lo más concurrida.

Todo esto lo vi desde el balcón de casa. Parecía una verbena, ni siquiera faltaba la música que la pusieron los vocinazos de los coches que quedaron atrapados en medio del lio. Cuando vi que los de las teles grababan corrí a poner el televisor en marcha y con Pascualita en el regazo, me senté para no perder detalle. El que más planos acaparaba era Geoooorge que se levantó la chaqueta del uniforme y mostró al mundo su no tetilla, diciendo - ¡Yo ser únicou chofer Unitetillou!

Los antidisturbios tuvieron que pedir refuerzos porque en el autobús había una batalla campal. Los sindicalistas gritaban junto al chófer, la abuela y Bedulio y allí no se entendía nadie. Me serví una copa de chinchón y unas gotas a la sirena. No sé el tiempo que estuvimos delante de la tele. Solo sé que me despertó el porrazo de la puerta de la calle al cerrarse. Sobre la mesa del comedor había una bolsa llena de botes y aerosoles de protección contra el sol. Me arrellané sin molestar a Pascualita y seguimos durmiendo.


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