viernes, 29 de agosto de 2014

Se termina agosto y a la abuela ya se le nota el nerviosismo aunque trata de disimularlo. - ¿No estás contenta de que llegue septiembre y nos traiga un poco de fresquito? - "Es uno de los meses más tontos del calendario. Ni es chicha ni limoná" - Por fin todo vuelve a la normalidad : los niños al colegio...  es un decir mientras estén los Pinochos en plan guerrero. La gente al trabajo... quién lo tenga...

- "Estamos mucho mejor en verano. Mira que abanico de plumas de marabú tan precioso me he comprado. Me sirve para quitarme el calor y para hacer entrar en calor a Andresito. No sabes las cosquillas que pueden llegar a hacer éstas plumas jejejejejeje... ¡y dónde!" - Además, en septiembre hay cumpleaños que celebrar (insistí yo) - "¿Te refieres al mío? ¡Lo celebraré cuando me de la gana!" - Pero si es muy bonito cumplir años. - "Pues no sé como no los cumples tú todos los días"

- No me refería a tus ochenta y nueve... ¡Aaaaaaaayyyyyy! ¡No me des capones!... ¿o son noventa? (esto lo dije desde el otro lado de la mesa del comedor pero no me libré del golpe porque me lanzó un zapato a la cabeza) ¡Jolín, abuela! Ya son tantos... ¡Aaaaaaayyyyyyy!... que no recuerdo el número...  - "Calla o vamos a tener un dos de mayo" - ¡No me tires el cenicero que era del abuelito primero! ¡Pascualita también cumpleaños! - Afortunadamente, la abuela me hizo caso.

- "Es verdad... La encontramos en septiembre..." - La encontré yo. Que conste. - "En el interior de una lata de sardinas... que tierno" - Y estuve a punto de comérmela... ¡que asco! - "Era tan bonita" - ¡¿Bonita?! ¿Hablamos del mismo personaje? - "Tan chiquitina" - Eso sí, pero igual que ahora. - "Tenemos que celebrar su cumpleaños" - Aunque no sabemos cuantos cumple... ¿cuánto vive una sirena? - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿cuánto vive quién? - Hay que ver cómo le funciona el radar, Cotilla. - Y aún funcionará mejor en cuanto me coloque estos aparatitos que he encontrado en la calle. - Y sacó del bolsillos una cajita en la que había unos sonotones de última generación. - ¿Dónde estaban? - En la acera. - Hay que llevarlos a Objetos Perdidos. -  Serán Objetos Hallados. Pero no. Me los pondré yo. - "Se nota que te estás haciendo mayor, Cotilla" - ¡Oye, oye! Que serán mi regalo para tu cumpleaños" - Esta vez el cenicero del primer abuelito sí que voló hacia la Cotilla.

Desde lo alto del jarrón chino, Pascualita no se perdía detalle de nuestras discusiones. Al verla sentí un ramalazo de cariño hacia ella... Y enseguida supe que debía tener fiebre. En septiembre hará tres años que está con nosotras y hemos vivido muchas aventuras juntas... Mientras pensaba en éstas cosas la miraba fijamente, ensimismada hasta que un chorrito de agua envenenada me dio en la oreja - ¡Oye! (grité) Y recordé todos los chorritos y mordiscos que he aguantado a lo largo de estos años. Entonces un sentimiento más natural, la venganza, anidó en mi. - Abuela ¿por qué no la devolvemos al mar como regalo de cumpleaños y nos libramos de ella para siempre? - "Deja de decir tontería y trae el chinchón que la Cotilla no vuelve en sí"

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