lunes, 11 de agosto de 2014

La abuela ha venido a verme. Está muy disgustada con su marido. - "¡Me divorciaré! Es un egoísta... ¡Mira, ya sé a quién sales!" - ¡Pero si el abuelito no me toca nada! - "¡Solo faltaría eso! Os rajo a los dos" - Digo familiarmente, abuela. - "¿Cómo qué no? Es tu abuelo segundo por parte de madre" - No compartimos la genética. - "La parte egoísta de la genética, sí"

Cuando se le mete una cosa en la cabeza no hay quién la haga bajarse del burro - ¿Por qué te quieres divorciar? - "No quiere que nos casemos de nuevo" - Pero... si, como quién dice, aún estáis de luna de miel... - "¿Pero no lo has visto? Le quedan dos telediarios" - ¿Está enfermo? (me alarmé) - "¿Siempre tienes  que pensar lo peor? Es viejo. Y yo quiero celebrar todas las bodas que corresponden antes de que se vaya al otro barrio: las de Plata, las de Oro y las de Diamante" - Para eso falta mucho. Tienen que pasar veinticinco años, luego cincuenta y... - "¡Ya lo sé! Pero no creo que aguante tanto!" - ¿Y tú sí? - "¿Qué insinúas, guapa? Soy más joven" - ¿Cuánto? ¿Media hora?

Me tuve que agachar para esquivar un cenicero de latón que se estrelló contra la foto de Jordi Pujol. - "¿Qué le cuesta a Andresito pensar que ha pasado un cuarto de siglo desde que nos casamos? He visto un vestido minifaldero precioso. Rojo, con lentejuelas negras, verdes y azules. Y un boá a juego, de plumas de marabú que es una preciosidad. Me imagino con él y me veo divina... Y unos  Manolos dorados con tacón stiletto que me harían un cuerpo de sirena" - Ejem, ejem... ¿No puedes compararte con un bicho más glamuroso que Pascualita? (antes de acabar la frase, un chorrito de agua envenenada cayó cerca de mi ojo derecho que se irritó enseguida a causa de las salpicaduras) - ¡¡¡Aaaaaayyyyyyyy. Este bicho entiende lo que quiere la jodía!!!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! ¿Qué le habéis echo al Honorable? - ¡Ex! - Mira que es ruin tu nieta. - "Hace un rato le comentaba lo mucho que se parece a Andresito" - ¿Siiiiii?... ¿No me digas que tuviste una aventura con él en tu juventud?... - "Son igual de egoístas" - ¡Ah, eso sí!

Las dos amigas estuvieron cuchicheando largo y tendido. A mi solo me llegaban retazos de la conversación - "... hacer la boda en el Castillo de Bellver..." - ... cura, no ... ¿Ah, no?... ¿el Presidente?... ¡Rajoy! ... - "¡Pareces tonta!"... - Pues, hija... No caigo... ¿No será el... nuestro?... ¡Aaaaaaaah!... con los tiburones, claro, claro... -"Mateo"... - ¿? - "¡El alcalde!" ...

Finalmente supe que mi abuelastra, la Momia, estaba de acuerdo con la abuela. - "No cree que su hijo llegue más allá de los 101, 102 años... " - Eso sí se porta bien ¿verdad? jijijijijijiji (dijo la Cotilla a la que ya le brillaban los ojillos a causa del trasiego de chinchón - "Jajajajajajaja ¡A ver! jajajajaja ... ¿cómo se dice eso?... Ya me acuerdo: ¡Donde se liquida a dos, se liquida a tres!"

En mi cerebro saltaron todas las alarmas. - ¡¿Cómo que tres?! Serían dos... ¿No? - ¿Qué más da el número? La cuestión es que el refrán cuadre... - ¿Abuela. No tienes nada que decirme? - "Sí. trae más chinchón que se nos está acabando la botella"

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