sábado, 14 de julio de 2012

- Para ser el último Encierro no ha estado mal..(dijo la Cotilla). Lo siento pero, a partir de mañana, tendréis que desayunar sin mí porque pienso dormir hasta que me canse - ¡Anda! Ahora resulta que, a pesar de desayunar a costa nuestra, nos estaba haciendo un favor... ¿Abuela, tú la oyes? - La abuela miraba el reloj de pared - ¿Qué pasa? - "Fijaros la hora que es y la Andreíta sigue sin dimitir" - ¡Y lo que te rondaré, morena!

A mediodía, en la mesa de la cocina había una foto enmarcada - ¿Quién es ésta? - "La Andreíta. La he puesto aquí para que Pascualita practique su tiro de agua envenenada.Como ella no está, a falta de pan, buenas son tortas.  Me lo sugirió anoche Conchi mientras nos tomábamos unos chinchones en el Funeral esperando su dimisión para empezar la fiesta. Ayer todos íbamos de negro, mi idea se extiende porque no hay margen para la alegría cuando te tocan el bolsillo. Creo que todos los que nos sentimos agraviados (todos menos la Andreíta y su papá) tendríamos que ir a las comisarías a poner denuncias por robo, policías y trabajadores de la justicia incluidos...  (A la abuela se le puso una sonrisa de oreja a oreja) Mira si es lista Pascualita, ahora verás lo qué hace (la abuela se puso a gritar): ¡que se jodan, que se jodan!" - Rápida como el rayo, la sirena surgió de entre las algas del fondo del "acuario", dio un prodigioso salto mortal al tiempo que soltaba un chorrito de agua a través de sus dientes y daba de lleno en uno de los ojos de Andreíta - ¡Espectacular!

- ¿Qué te ha hecho tu nieta? - preguntó la Cotilla apareciendo de pronto - Me tiene frita esta mujer y ganas me dan de soltarle la ya tristemente famosa frase pero recibí una muy buena educación en el Colegio Público de Santa Isabel y un buen ejemplo en casa y ambas cosas me impiden repetirla, así que solo me queda el recurso del pataleo - ¿Ya has empezado la comida? Es que me apetece comer paella - ¡Y a mi langosta! - Huy, hija. Tienes el paladar enladrillado, donde esté un plato de gamba gorda y fresca de la isla, que se quite todo lo demás - ¿Lo dice por que lo come cada día? - No, solo de cuando en cuando para no cansarme - ¡Ja! ¿La estás oyendo? ¡Pero si hace 50 años que no ha probado gamba fresca! - "Hija, pareces tonta. ¿No ves que le gusta pincharte?... ¿Quién quiere un plato de lentejas?"

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