lunes, 29 de agosto de 2016

Luna de miel.

Empezaba a quedarme dormida, después de una larga noche de insomnio, cuando sonó el teléfono: - "¡Nena! ¿cómo ha ido la fiesta? ¿Ha habido tema? No he pegado ojo en toda la noche pensando en la parejita del acuario. Dime ¿qué han hecho? ¿Qué hacen ahora?" - No tengo ni idea, abuela. Me ha dado corte mirar. - "No me digas que has estado durmiendo como un ceporro mientras a pocos metros de ti se celebraba una luna de miel insólita ¡Eres lo más inútil que ha parido madre!"

- ¿Podemos discutir este tema más tarde? es que me caigo de sueño. - "¡Lo que yo digo! A ti te he picado la mosca tsé tsé. Pues espabila que ahora vengo."

Mientras Geooorge se quedaba traspuesto dentro del rolls royce, la abuela despertó a todos los vecinos de la escalera cuando apretó el timbre y no quitó el dedo hasta que abrí la puerta. - ¿Y tu llave? - "En el bolso" - ¿Entonces...? - "He llamado para que te espabiles"

Me apartó de un empujón y corrió (¿cómo puede correr a sus años, a estas horas y con semejantes tacones, sin matarse?) hacia el acuario psicodélico. Gracias a las luces cambiantes que suben y bajan, no vimos nada. De repente, la abuela alzó los brazos al cielo y en plan plañidera, gritó. - "¡Poooobre Pascualiiiiiitaaa! Ha sidooooo raptaaaaaaadaa. ¿Qué seraaaaaaaaa de ellaaaaaaa? Tan joveeeeen, tan inoceeeeente, taaaaan cariñooooooosa..." - Abuela, no te pases (ni me escuchó) - "... El puñetero puuuuulpo ha resultaaaaado ser un ladrón de virtuuuuuuuudessss ajenaaaaas"

La miré y quedé asombrada viendo como las lágrimas corrían por sus ajadas mejillas. - ¿Estás de cachondeo? (pregunté un segundo antes de recibir un pescozón de categoría)

El golpe, además de dolerme, me despejó el cerebro. Apagué el acuario y encendí la luz del comedor. Al poco vimos movimiento bajo la algas del fondo. - "Oh, están ahí abajo ¡y en plena faena! ¡Trae el chinchón que ésto hay que celebrarlo, nena" - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! Pónme una copa a mi también (dijo la Cotilla entrando como Pedro por su casa) ¿Qué miráis? - (La abuela reaccionó rápido) - "Parece que se ha roto la luz de éste chisme" - Total, para lo que sirve... Está desenchufado, mujer jajajajaja. - Lo puso en marcha y nos deslumbró. De repente la abuela y yo nos miramos. Habíamos visto una cosa pero, con la Cotilla delante, optamos por callar. La "cosa" subía lentamente hacia la superficie y a pesar de las luces psicodélicas, reconocimos ¡un tentáculo!

A poco distancia del primero, subía otro y tras él, Pascualita con la boca abierta. Fue visto y no visto cuando se lo tragó. La abuela y yo quedamos en estado schok. La "dulce" sirena se estaba comiendo un pulpo más alto que yo... ¿Que clase de monstruo tenemos en casa?

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