jueves, 21 de marzo de 2013

¡Que harta nos tiene la Cotilla con el medio milagro que se ha realizado en su cuerpo! - Ni en mis mejores tiempos estuve tan buena ¡Ay, Francisco, acaba el trabajo de una vez!... Luego iré a Intervíu para que me hagan un reportaje fotográfico ¡Imaginaos la portada! - "Nos la imaginamos, hija, nos la imaginamos" - Que poco entusiasmo le pones... ¿Estás picajosa? ¡Ah, se siente! - ¿Va usted de lado o son imaginaciones mías? - No me he dado cuenta pero... jijijijij no te extrañe, la exuberancia es manifiesta.

La abuela y yo hemos discutido sobre la posibilidad de emborrachar a la Cotilla y dejar que la sirena le muerda el otro pecho para que el "milagro" sea completo, pero llegamos a la conclusión de que sería perder el tiempo y además expondríamos a Pascualita a contagiarse de vaya a saber usted qué. - "No vale la pena porque han pasado unos días y puede que el veneno ya empiece a perder fuerza. Entonces nos encontraríamos con la bajada de un pecho y la subida del otro, lo que nos acarrearía tener que aguantar más días a la vecina y no sé tú, pero a mi ya me tiene hasta las narices con el temita"

Unos días después el "milagro" se completó, pero no a gusto de la Cotilla sino de acuerdo con las leyes de la Naturaleza. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¡Ay, que disgusto tengo! ¿Quién me mandaría  encomendarme a alguien que no tiene ni idea de milagros, con la de santos milagreros que hay en el santoral? - "¿Qué te pasa?" - ¿Qué me va a pasar? Mi gozo en un pozo. Ni portada de Intervíu ni ná. Con lo bien que me hubiese ido el dinero de la exclusiva ¡Ay, ay, ay, ayyyyyyyy! ¡Si es que he nacido para pobreeeeee!... ¡Mírame! plana como una tabla de planchar ay, ay, aaaaaaaaaaayyyyyyyyyy. - "No te pongas así, mujer... Míralo por el lado bueno..." - ¿Es qué hay uno bueno? - "Lo que te vas a ahorrar en ropa"

La comida pasó sin pena ni gloria y eso que la abuela se había esmerado. Pero los ánimos de la Cotilla estaban por los suelos. Ni siquiera sabía lo que comía y eso nos dio una pista de lo mal que loestaba pasando la mujer. La abuela, para animarla, le contó anécdotas de su éxito con los hombres hasta que cerró la boca de golpe cuando le di una patada en la espinilla por debajo de la mesa.

Mientras tomábamos el café rehusó el chinchón - "¡Cotilla, tu estás enferma!" - Asustada, la abuela le propuso ir con ella al Funeral. Le dejaría ropa y complementos para que brillara con luz propia, pero dijo que no. - Todo esto me ha pasado por traicionar a mi gurú. El sí que sabe hacer las cosas, mira sino al ex marido de Ana Mato que, siguiendo sus enseñanzas, ha denunciado a los suyos por despido improcedente y pide un pastón. Déjame que le coloque un altarcito a Luis Bárcenas, al fin y al cabo estoy más tiempo aquí que en mi casa.... ¡buuuuuuuuuaaaaaaaaaaaaaaaa!

De nada ha valido mi enfado, mis ruegos o mis amenzas. La abuela se ha convertido en un muro en defensa de su amiga y ahora, la foto del tiparraco ese está sobre el aparador del comedor con unas cuantas velas encendidas. Me he buscado una pequeña venganza: enseñar a Pascualita a escupir agua a los cirios y apagarlos. La abuela me deja pero, en cuanto viene la Cotilla, los enciende. Estoy frustrada.

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