lunes, 4 de marzo de 2013

Que poco dura la felicidad en casa del pobre. La Cotilla ha vuelto a casa esta mañana. No es tonta, que va. Es más lista que el hambre que pasaría si abuela no le pusiera un plato a la mesa. Por eso, cuando algo no le interesa no se da por enterada. Esta mujer no sabe que tiene una mina, es una actriz dramática como la copa de un pino. Si en lugar de conocer a hombres que no la beneficiaron en nada, hubiese conocido a Carlo Ponti (el que fuera marido de Sofía Loren) ahora estaría anunciando pasta italiana por la tele. Pero los pantalones la pierden (los que tienen un señor dentro) y desperdició su vida. La abuela (¡otra que tal baila!) ha tenido más suerte porque Andresito que, además de pirrarse por ella está forrado, nos va a hacer ricas a las dos... Espero que no tarde mucho porque a los viejos de hoy les gusta ser longevos.

Hoy la abuela se ha levantado suspirando - ¿No estás bien? - "Divinamente" - ha dicho en plan pijo. Luego ha puesto a Pascualita sobre el azucarero - "¡Aayyyyyyyyyy!, ¡aaaaaaayyyyyy! ¡aaaaaaaayyyyyyyyyy!... Una no sabe lo que es un hombre hasta que lo ve enfundado en un uniforme... y si es en un traje de neopreno ¡aaaaaayyyyyyyyyy!, no te digo más." - La sirena la miró curiosa hasta que se hartó, dio un poderoso impulso a su cola y saltó desde la mesa de la cocina a su "acuario" En seguida se puso a nadar junto al pez de mentira e inició lo que me pareció una danza ritual de aparejamiento. Fue algo digno de verse: roces, golpecitos, frenéticas vueltas al rededor del la bañera rosa, saltos espectaculares sobre el agua... en fin, un espectáculo pero el pez... ¡ni se inmutó¡Que tio más soso!... Sí, ya se que es de mentira pero, caray, hay que ser muy de mentira para no reaccionar, no sentir correr la sangre por las venas... vamos ¡ponerse como un venao!

No podía dejar de prestarles atención. Y la abuela hablaba y hablaba. - ..."Y sacaron al náufrago del lago. Cuando salieron del agua los trajes brillaban y se pegaban al cuerpo ¡y que cuerpos!...¿Me escuchas?" - El cuerpo de la Guardia Civil ¿no?... ¿qué les pasa? - "¿Qué les va a pasar? ¡que están muy buenos! ¿Pero qué miras?" - A Pascualita cortejando al pez jajajajaja ¡No se ha enterado que no es de verdad! ¡Mírala! jajajaja ¡sigue, sigue jajajaja" - Harta de tanto desprecio, Pascualita pasó al ataque. Las aguas se volvieron turbulentas porque la embestida fue de órdago. Ella le clavó los dientes y... ¡de pronto, el pez explotó!. La sirena dio un salto hacia atrás, con doble tirabuzón, debido a la onda expansiva. Una pequeña llamarada y un hilillo de humo flotó sobre la superficie del agua y el pez se hundió.

Ahora Pascualita está triste. Nadie la había tratado con tal arrebato como el pez de mentira. La pasión que sentía por él era tan fuerte que lo cogía una y otra vez, zarandeándolo de acá para allá y poco a poco el juguete fue perdiendo todas sus piezas... Fue un triste espectáculo y la abuela supo reaccionar como una buena amiga. Vació un cuarto de botella de chinchón en el "acuario" y unos minutos después Pascualita dormía la mona sobre la arena del fondo.


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