lunes, 23 de abril de 2018

¿Cómo se llama la abuela? Menudo problema.

Era muy temprano cuando un frenazo brusco me ha despertado. El rolls royce de los abuelitos ha estado a punto de atropellar a un fulano que lo toreaba, con mucho garbo y salero, en medio de la calle. Geooorge, que no sabe aceptar una broma y menos si atañe al cochazo, a tirado de móvil y poco después han llegado los municipales. El "Torero" ha tenido que soplar y por poco se carga el aparato del exceso de alcohol que llevaba en el cuerpo. Ha sido Bedulio quien, muy gracioso él, le ha dicho: - Haz el paseíllo hasta el furgón, Manolete.

El abuelito ha subido a casa mientras el inglés se acomodaba frente al volante para echarse un sueñecito. - ¿Vienes de visita? - No sé de qué vengo, nena. No reconozco a tu abuela. Desde que sé que tiene un nuevo nombre pienso que no es la mujer con la que me casé... ¿a tí te pasa lo mismo? - No, porque yo no me casé con ella, abuelito. - Me miró un momento y dijo entredientes: - Será verdad que es más tonta que Abundio.

Se preparó un café y siguió con su soliloquio. - No recuerdo su nombre... He puesto chuletas por toda la casa: en los espejos..., en los cristales..., en el teléfono..., en la pantalla de la tele..., en la copa de vino a la hora de comer... Y a pesar de ello no me quedo con él.

- Me ha llamado despistado, tonto del bote... pero, hija, no hay manera. Además, pienso que si me ha engañado una vez, tal vez lo haya hecho cientos... - Es muy posible, abuelito. - Incluso puede que se cargara a su primer marido. - Con ayuda de la Cotilla. - ¡¿Entonces es cierto?! - Vete a saber, según el día parece que sí o parece que no. - No eres muy clara en tus conclusiones, nena. - ¿Le has preguntado, directamente, a la abuela? - ¡No puedo hacerlo porque no recuerdo cómo se llama! - Tienes un problema, forastero jejejejejeje

El caso es que no pude ayudarle porque a mi también se me había olvidado. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! - Cotilla, ¿recuerda el nuevo nombre de la abuela? - ¡Claro!... ¿tú no? - No. - Pues ajo y agua, boba de Coria. - ¡Cotilla!

Mientras la vecina me contaba que es Govern actúa contra ella con nocturnidad y alevosía, yo seguía intentando recordar el dichoso nombre. - Ahora que iba a ganarme un sobre sueldo que añadir a mi exigua pensión, alquilando mi piso del 4º a turistas a dos mil euros la semana, acaban de prohibirlo. - ¿Así que es Govern le ha hecho la puñeta para que usted no nos la haga a sus vecinos que somos nosotros? - ¡Exactamente! Pienso acusarlos ante el Tribunal Constitucional! ¿Para qué tengo un piso si no puedo utilizarlo? - Eso digo yo. ¿Por qué no emplea el suyo en lugar del mío? - Porque me ahorro muchos gastos ¿No ves que no llego a fin de mes? - Dígame el nombre de la abuela. - Poniendo la mano sobre su boca a modo de vocina, dijo, muy ufana ella: - ¡¡¡Tararí que te vi!!! - Una serie de ¡CHOFS! correspondientes a otras tantas zambullidas de Pascualita, borraron su sonrisa triunfal.

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