miércoles, 30 de mayo de 2018

La abuela se delata.

Creo que mi primer abuelito, que tanto asusta al pobre Bedulio y que hasta ahora solo era fruto de mi imaginación, ha tomado posesión de mi casa como si fuera la suya. Se lo he contado a la abuela.

- "¿En qué te basas para decir ésto?" - A ratos huelo a Varón Dandy, la colonia y loción de hombre que hizo furor en los años cincuenta-sesenta del siglo XX. - La abuela puso los ojos en blancos al oírme y entró en éxtasis - "¡Ooooooooooooooh, cómo me ponía aquel oloooooooorrrrr!" - ¿Cómo? - "¡Como una bestia parda! Hummmm, pobre del hombre que se acercaba a mi con el aroma de esa loción envolviendo su cuerpo... Inmediatamente se convertía en mi presa. Así cayeron rendidos a mis pies todos los novios que tuvo la Cotilla" - Cualquiera que te escuche pensará que eras una mantis religiosa... - "¡Exactamente. Eso era. Me aprovechaba de ellos y después, si te he visto, no me acuerdo!"

- ¿Así que Varón Dandy fue, en cierto modo, cómplice tuyo para cargarte al abuelito primero? - "¿Crees que me lo comí como hace la mantis con sus machos? jejejejejeje... ¡Pues, sí. Al horno, con patatas y pimientos!" - ¡¡¡Abuela!!! - "Estábamos en crisis. Siempre hemos estado en crisis y cansada de comer sardinas." - ¡¡¡No sigas. Es demasiado horrible!!! - "No creas. Lo cebé durante unos meses y estuvo buenísimo asado en su propia grasa y con un buen chorreón de jerez seco" - ¡Aaaahhhhg, no me lo puedo creer! Pensaba que Pepe, la cabeza jivarizada, pudo haber sido un canibal, pero ¡TU!... - "Ya estás discriminando. ¿Por qué el sí pudo? ¿por qué fue un hombre? ¡Pues yo soy una mujer y me comí a mi marido y después me chupé los dedos!"

No quise saber nada más. Corrí escaleras abajo y ya en la calle, seguí corriendo hasta llegar, sofocadísima, al cuartel de los Municipales. Busqué a Bedulio. - ¡Vengo a denunciar a mi abuela! ¡Es una canibal! ¡Se comió a mi primer abuelito con patatas!

Después de un buen rato de cachondeo a mi costa por parte de toda la plantilla municipal, me fui de allí enfadadísima. - ¡Os presento un caso de asesinato resuelto ¿y me lo pagáis así? ¡Anda y que os zurzan!

Anochecía cuando regresé a casa. Al entrar solo escuché los ¡chof! que hacía Pascualita al saltar, una y otra vez, en el acuario y encharcando el comedor. Pepe seguía en su estantería de la cocina tan tranquilo como siempre.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! jajajajajajajajaja Aaaaaaaaaaayyyyyyyyyyyyyyy ¡me duele todo el cuerpo de reír! - Menos mal que alguien ríe en ésta casa... ¿Qué ha pasado? - Me he encontrado con tu abuela jajajajajajaja.

Aún sigo pensando dónde está la gracia.

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