jueves, 31 de mayo de 2018

Moción de censura.

Era temprano cuando el rolls royce de los abuelitos ha aparcado en la parada del bus bloqueándola como siempre. Ya se sabe cómo son los ingleses con las tradiciones y Geoooorge es de pura cepa. Subieron los tres a casa precedidos por el riquísimo aroma de las ensaimadas recién salidas del horno. Yo les esperaba con los cola caos hechos y calentitos. Ni que decir tiene que nos pusimos como el Kiko ¡menudo desayuno!

Solo entonces, una vez saciada el hambre, me di cuenta de que los abuelitos venían de punta en blanco. - ¿Váis de boda? - "No sé cómo tienes el valor de hablar de bodas cuando no eres capáz de  tener la tuya y darme ya, de una vez, un bisnieto" - La abuela nunca da puntada sin hilo.

Sin decir palabra, Andresito entró en la salita, encendió la tele y se repantingó en una de las butacas del tresillo, dispuesto a seguir, de pe a pa, la Moción de Censura contra su Partido y los Pinochos Mayores del Reino. - "¿Esto va a durar mucho?" - ¿Por qué? - "Quiero ver a Arguiñano..."

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! Hummm... Aquí huéle a ensaimada ¡¿Me habréis dejado varias?! - "Una. Y date con un canto en los dientes" - ¡Necesito más para venderlas o no llegaré a fin de mes! ¡Vuelvo a ser una jubilada pobre! El Govern no me permite alquilar el piso a turistas... - ¡Bien hecho! (grité) ¿Y qué haré ahora? - ¡Véndalo! - ¡No! Es mi cobijo para la vejez. - ¿Qué vejez? (pregunté) ¿la 2ª, la 3ª...? Usted debe ir ya por la 6ª - ¡Has oído a tu nieta. Me ha llamado VIEJA! ¡A mi, que soy unas horas más joven que tú!

Salí corriendo a atrincherarme en la cocina para escapar de los pescozones de la abuela pero ella ni se inmutó. Me asomé a la salita mientras la Cotilla, babeando, decía: - ¡Esto es un hombre! Mi gurú, Luis Barcenas, sí que sabe ganarse a una mujer. No quiere que la suya entre en la cárcel. ¡La quiere libre! cuidando a su niño... - "¿Niño? ¿Qué niño si ya tiene barba?" - Y han pagado la fianza . Pobre familia, habrán tenido que rascar de aquí y de allá para juntar los euros que pedía el juez... ¡¿Es que el juez no tiene familia?! - "Supongo que sí, pero será honrada"

Saqué a Pascualita del acuario, la metí en mi escote y me senté en la salita con los demás. La Cotilla siguió lloriqueando por su admirado Bárcenas mientras el abuelito, a duras penas podía escuchar lo que decían en la tele y ¡DE REPENTE! sentí que me estallaba la cabeza: dos buenos pescozones de la abuela, a toro pasado, hicieron que mi cabeza rebotara una y otra vez contra la mesita de centro hasta romper el cristal. - "Que a gusto se queda una después de impartir justicia. (dijo, satisfecha, la abuela) Anda, trae el chinchón y brindaremos por ello" - ¡Encima tuve que ir yo a buscarlo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario