domingo, 27 de mayo de 2018
¡La Nieta es famosa!
- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¡Has salido en la portada de los periódicos, boba de Coria!
- Sonó el teléfono. - "¡Nenaaaaaaaaaa, Andresito no levanta cabeza y hoy apareces tú en la portada de toda la prensa, para hundirlo más aún! Bonita manera de postularte para conseguir la Torre del Paseo Marítimo el día de mañana"
Llamaron a la puerta. Era Bedulio. - Toma, para que luego digas que no te regalo nada ¡una multa por escándalo público! - dió media vuelta, se metió en el ascensor y se marchó.
Al principio no quise ver la foto pero después de cuatro o cinco chinchones, tomados durante la charla con la Cotilla, le eché un vistazo y ¡oye, había quedado muy bien! - La recortaré y la pondré en un marco y la colgaré en el comedor. - Estás mejor que en la foto del DNI (dijo la vecina) Todos salimos con cara de reos.
La Cotilla estaba empeñada en asociarse conmigo y montar una pelea o dos en el mercado, a la semana. - Te daré una cuarta parte de las ganancias que saque de la venta de los pescados y mariscos que caigan en mi cesta. - ¡Un cuarto! ¡La que se partiría la cara sería yo! ¡¡¡Quiero la mitad o no hay trato!!! - Entonces ¿aceptas? - Estaba hablando hipotéticamente...
La noticia hablaba, además de la pelea, de los heridos que hubo ¡un montón! y que evolucionaban muy lentamente, de las raras heridas causadas por ... ¿un pescado? ¿una gamba? ¿una mosca rara?... ¿Qué animal o cosa es la que provoca esos dolorosos y descomunales hinchazones? Las señales de dientes son idénticas a las de un tiburón, en éste caso, mini tiburón.
En Sanidad ha salido adelante una moción para pedirle a Iker Jiménez que venga al mercado a investigar este Misterio porque ningún pescadero admite tener tiburoncitos de ese tamaño a la venta. Los inspectores de Trabajo les han recordado el eslogan: - Pezqueñines, no, ¡Gracias! Debes dejarlos creceeeeeeeeer.
La Cotilla se ha llevado todas las sardinas que nos sobraron a Pascualita y a mi. Creo que la sirena no volverá a comerlas hasta que las ranas críen pelo ¡Menudo empacho tuvo! - ¡Oiga, deje algunas! - No puedo, las tengo comprometidas. - ¡Pero si son mías! - Ya no.
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