sábado, 10 de marzo de 2012

- "¡Mira que dice el Diario: un maromo se ha tirado del blacón de un segundo piso, agarrado a su gato!" - ¿Al gato... por qué? - "Porque la gente no tiene imaginación. El pobre animalito se ha convertido en una víctima colateral (¡Hay que joderse con el ufemismo!) vamos, que ha quedado plano como un sobre porque el tío lo ha aplastado... ¿No hubiese podido agarrarse a otra cosa?" - ¿Por ejemplo? - "Pues... a un corrupto y en la caída ¿quién te dice a tí que no se le cayeran los dineros afanaos?" - O a un banquero - "O a un especulador"  - O a un periodista de Intereconomía - "O a..."

Llamaron a la puerta y la Cotilla se metió hasta el comedor - Mirad quién me acompaña, el jefe de policía - "... o a la Cotilla" - ¿Qué pasa? ¿Hablábais mal de mí? - Empezábamos ahora ... Por cierto, abuela, ¿por qué se tiró por el balcón? - "Le regalaron una tarta de cumpleaños rellena de droga y perdió los papeles y casi la vida. ¡Menudo regalo! Pero ¿te das cuenta de la injusticia? el muerto (o sea, el gato) no la había probado y se llevó la peor parte" - ¡Ejem, ejem... Presténme atención, caramba, que soy el jefe de policía! - "Ya lo habíamos visto, hombre, pero estámos comentando un tema de actualidad... ¿No sabe que es muy feo interrumpir cuando otros hablan? - ¡Bueno, ya está bien! Para empezar ¿quién es ésta señora? - "Pero si ha venido con usted..." - No. Me la he encontrado en la puerta - Soy la vecina del 4º y ya que estoy aquí, me quedo. - Es la Cotilla - Ya puede irse, señora, que con usted no tengo nada que hablar - No se preocupe por mí, solo quiero enterarme de lo que pasa - ¡He dicho que se vaya! - No logrará nada, yo la echo  unas cuantas veces al día y no se va ni con agua caliente. - "¿Viene por lo del veneno de la tienda de los chinos? ... Verá, lo compré pensando que era esencia de vainilla para dar gusto a las cocas" - ¿Cocas? - Cocas dulces... de huevo, azúcar ... ¡Eh! ¿qué se ha creído? Hago varias a la semana para merendar y pensé que podría potenciar el aroma. No llevaba las gafas porque pienso que ya no me favorecen tanto y no quiero llevarlas por la calle..." - ¿Vainilla? - "Quería hacer una coca para llevarla al Funeral..." - ¿De quién? - "De nadie" - ¿No ha dicho que iba a llevarla al funeral?... ¿y desde cuándo se llevan cocas a esos sitios? - La Cotilla intervino - No lleva bien la cosa, amigo. Así no sacará nada en claro - ¡Usted se calla! - Abuela, voy a sacar "aquello" del agua - dije porque me temí que acabaría haciendo un registro - ¡Alto! ¿Qué es "aquello"? - "¡Vaya! todo se pega. Ahora en lugar de una cotilla, tenemos dos"

Los dejé discutiendo y metí a Pascualita en bolsillo. Estaba un poco enfadada porque oía los gritos pero no se enteraba de nada, en cambio Pepe, que estaba en medio de la mesa del comedor, sí. Dejé que se asomara un poquito. El Jefe tenía en las manos a Pepe y lo lanzaba al aire como si fuera una pelota. Se le veía nervioso - ¡Me las voy a llevar a todas a la comisaría como sigan así! - En cuanto me vió me gritó - ¿Qué es eso que ha cogido? ¿Dónde está? - ¡Eso, eso. Que enseñe el misterio! - jaleó la Cotilla - Me hice la loca y pasé de él pero la vecina no estaba dispuesta a irse de allí de vacío - ¡Mire en su bolsillo! ¡Se ha movido algo! - (¡La mataré! - pensé) - En un santiamén el Jefe estuvo a mi lado y metió la mano en mi bolsillo con rabia. Yo sabía que nunca hay que hacer eso cuando se trata de Pascualita pero no podía decírselo... tampoco hizo falta a juzgar por el grito y los saltos que dió cuando sintió correr por sus venas el veneno de sus dientecitos. Era para filmarlo y encima, a la Cotilla le dió por reir - jajajaja ¡Perdone, son los nervios! jajajajaja - al poco tiempo reíamos las tres y me imaginé a Pascualita haciendo el OK. - ¡Dios mío, que hartón de reír nos dimos... incluso estando en la Comisaría, no podíamos parar.

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