sábado, 8 de junio de 2019

¡Jopé con la abuela!

La abuela se ha vuelto loca de remate. De momento ha dejado aparcada la idea de hacerse la cirugía plástica. Ella quería que le dejaran la cara con sesenta años menos pero, parece ser que el médico le dijo que si quería milagros que se fuera a Lourdes aunque allí tampoco le pidiera peras al olmo porque la Virgen solo hace milagros "normales"

Así que ha cambiado de táctica. Esta visto que hará lo que sea para que nadie le pueda calcular la edad real, que no la pone ni en su carnet de identidad. Ha empezado una campaña A FAVOR DEL PLÁSTICO.

- "Espero que te adhieras a mi lucha contra el papanatismo" - ¡Ni loca! - "¿Ya te han comido el coco con el cuento chino del cambio climático? ¿Acaso no escuchaste al venerado gurú, Aznar, diciéndolo?" - ¡Ya ves tú! - "¡¿No pensarás que mentía?!" - ¡Abuela, quién te ha visto y quién te ve! - "¡Vamos a colgar ésta pancarta que he pintado yo, en tu balcón!"

En una sábana, que luego supe que era mía, había escrito con enormes letras rojas: - "¡¡¡EL PLÁSTICO ES BONITO, PRÁCTICO Y ETERNO!!!"

- ¡Me niego a poner esto en mi casa! Pónlo en la tuya! - "Allí no hará efecto. En aquel barrio no se usa el plástico sino el cristal de Bohemia, la cerámica de la Cartuja de Sevilla, etc. En cambio, en este barrio proletario, con armarios de cocina rebosantes de tapers de todos los colores y pelaje, la gente estará a favor de mi campaña. ¡ No querrán deshacerse de sus cajitas!" - ¡¡¡QUE NO SE PONE LA PANCARTA, COÑE!!!

La discusión se alargó un buen rato pero no di mi brazo a torcer. Al final, nos calmamos y, para congraciarse con su única nieta, ¡YO!, me invitó a tomar un aperitivo en el bar de la esquina. Pensé que chocheaba porque una cosa así no lA había hecho nunca.

De repente me di cuenta que llevaba el termo de los chinos colgado del cuello. - ¿Llevas a Pascualita? - "Sí, viene conmigo a dar una vuelta" - No me parece buena idea... - "He tenido una idea para que la pobre no esté siempre enclaustrada en tu casa. Manolo Blanik me está haciendo unos zapatos ideales. Los tacones serán gruesos y de metacrilato transparente. Se llenarán de agua de mar para meter a Pascualita junto a unas algas y vendrá conmigo a todas partes, viéndolo todo pero sin ser vista. El otro tacón tendrá pececillos. ¡Hasta luegooooooo!"

En ese momento, el rolls royce frenó, con la puerta de atrás abierta, en la puerta del bar. La abuela entró rápidamente y salieron a toda pastilla.

Llegando a casa vi un gentío lanzando amenazas a mi balcón ¡Y allí estaba la dichosa pancarta, desplegada de parte a parte de los barrotes!... ¿Quién pudo hacer eso?... ¡¡¡GEOOOOORGE!!!


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