jueves, 13 de junio de 2019

Recuerdos de juventud.


- "No te extrañe que añore aquellos años, Cotilla. Estaban esos hombres, Diego y Miguel, con aquellas voces tan varoniles, intrépidos como nadie..." - ¿En qué siglo fue, en el XIX o en el XX? - - "En el XX, hija. Ni que tuvieras la cabeza perdida... ¿Recuerdas los butacones que tenían? - Yo estaba loca porque llegara el año 2000 para comprarme uno y volar de acá para allá en lugar de ir en un vulgar cochecito" - Un rolls royce no es un cochecito cualquiera... - "¡Yo sé lo que me digo!"

- Llegábamos a casa corriendo para no perdernos ni una coma de la radio novela. - "A mi me gustaba el comandante Valor ¡que bien puesto tenía el apellido" - Pero estaban aquellas dos lagartonas que los tenían en el bote: Beatríz Fontana y Kira no sé qué. - "Una morena y una rubia" - Pues a mi me ponía más el Mekong, tan fuertote, tan malo, tan verde... Fíjate que creo que fue el primer ecologista de la Historia. - "Anda, bebe y calla"

Esa mañana la abuela había rebuscado en su antiguo cuarto hasta dar con la vieja colección de tebeos de Diego Valor que había despertado en las amigas recuerdos de sus años mozos... digo yo. Me asomé a la puerta de la salita y sin pensarlo, pregunté: - ¿Cuántos años teníais entonces?

Con una ligereza que para nada se corresponde con la edad que supongo que tienen, la abuela se abalanzó sobre mi, me dio un pescozón que hice palmas con las orejas y me dejó sentada en el suelo. Aturdida, sin saber lo que había pasado, me arrastré hasta el gran acuario y, no sé si fue debido al golpe pero vi un montón de peces dentro.

- ¡¡¡Ayayayayayaya,!!! ¿Dónde está...? - Era consciente de que bizqueaba y que mi cabeza no regía al cien por cien pero, juraría que los peces eran de verdad y la sirena no estaba ¿o eran alucinaciones mías?

Oí a la Cotilla recriminándo a su amiga lo que había hecho: - ¡Así solo consigues que sea más tonta todavía! - "Es que no puedo consentir que se trafique con nuestra edad, Cotilla" - ¿Crees que tu nieta traficaría con eso? ¿Acaso no la conoces? ¡Cómo se le va a ocurrir algo así, por favor! jajajajajajajaja

Lo último que escuché fueron sus risas cascabeleras. Y entré en coma... o en punto y coma. No sé pero en algo sí que entré. Era un túnel larguísimo, con una luz intensa al fondo. - ¿Será...? (me pregunté)

Pero no llegué al final. Bruscamente fui sacada de ese lugar. - "¿Ahora te quiéres suicidar, boba de Coria? Estas no son horas porque está a punto de salir la Esteban y no me lo quiero perder. ¡Toma, sécate!

Me encontré en el Más Acá, secándome el pelo. Pascualita me miraba mientras mostraba su dentadura de tiburón en una sonrisa macabra.

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