miércoles, 12 de junio de 2019

¡Van cayendo!

Los cohetes suben hacia el cielo, arrogantes pero, al final, todo queda en un petardeo y caen, ya sin su cola luminosa, al suelo. Esto mismo les está pasando a los Pirómanos H.P., Están cayendo como moscas en manos de la policía con sus mecheros y pastillas para encender fuego.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¡Han pillado al Nicomedes y al Sisebuto y ha sido vuestro amiguito del alma! (La Cotilla estaba más enfadada que un mono). - Me pilló en pleno sopor del mediodía. - ¿Eh... Quiénes son esas eminencias? - Algunos de los pirómanos H.P. que ha apresado Bedulio. - ¡No me digas! - No tenía ningún derecho a hacerlo. - ¿Qué no? ¡Ya estaba tardando! - Son mayores los pobres (lloriqueó)

 Entonces me dio una explicación rocambolesca dando toda la culpa de sus fechorías a las programaciones de los canales de Televisión: - ¡Aburren a las ovejas! Todas las tardes, después de las cabezadas de la siesta, solo ven chafarderío, malos modos, agresiones verbales, etc. etc. Y, claro, se les calienta la sangre y, en lugar de quemar su televisor, que solo tiene uno, queman contenedores.

La loca Primavera de éste año nos estaba haciendo sudar a mares. La Cotilla se abanicaba con la foto de su gurú, Barcenas - Estoy con la menopausia (que tabarra) Dáme un chinchón on the rocks a ver si me refresco.

Al pasar junto al enorme acuario vi a Pascualita nadar rápidamente, hasta el fondo de arena. Y me dio la impresión de que sus ojos estaban más redondos que de costumbre. De vuelta con el chinchón me di cuenta de que había mucha claridad en la calle. Los pájaros del árbol estaban alterados, iban de acá para allá piando escandalosamente. La Cotilla gritó: - ¡¡¡FUEGOOOOOOOOOOOOO!!! - ¿No decía que había dejado ya el tabaco? - ¡¡¡No eres más tonta porque no te entrenas!!!

Los contenedores de debajo de mi balcón han ardido. La casa parece un horno. Algunas ramas del árbol de la calle han quedado chamuscadas pero los nidos no han sufrido daño alguno. Todo huele a quemado. Una vecina me comentó: - Pensé que se te había quemado la fabada al calentarla. 























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