jueves, 12 de septiembre de 2024

Dichoso Servidor.

Me despertó el sonido de una conversación: - ... estamos hasta las narices de tu nieta. ¿a qué vienen tantas emociones, tanto lagrimeo, mocos por doquier ¡Ya está bien de tantas emociones por cualquier nadería! ¡Que no es una niña, coñe! Y luego están los que le bailan el agua empezando por el bocazas del árbol de la calle. A él le va de primera porque cuanta más lágrimas caigan en su alcorque, más contentas estarán sus raíces ¿Y nosotras qué? ¡A fregar y barrer el resultado de sus histerismos! La única que guarda la compostura en ésta casa es la sirena y el jibarizado. Habla con tu nieta, hombre. Dile que se dedique al encargo de su abuela (ya no le queda mucho tiempo a esa pazguata) y nos deje trabajar a nuestro aire.

La voz de mi primer abuelito sonó preocupada: - La pobre lo intenta pero los hombres de hoy en día viven aferrados a los móviles y no les sacas de ahí... 

Abrí los ojos. Las COFRE aprovecharon el rato de la siesta para quejarse. No les falta razón pero, hay que tener en cuenta que ayer no encontramos al Servidor de Google y no pude escribir nada. ¡Fue un desastre porque todos tienen algo que contar y de eso viven!

Acabo de darme cuenta que la Cotilla me mira fijamente desde el sofá de la salita. - ¿Quiénes son las COFRE? - A mi que me cuenta... -  ¿Hablabas con... tu primer... abue... lito, boba de ... Coria? - No creo. Las siestas son tan cortas que no dan opción a... - ¡Has hablado todo el rato! - jejejejeje ya será menos, mujer... - ¿Quién es el Servidor? ¿un candidato a padre del bisnieto de tu abuela que, como otros, ha tomado las de Villadiego? - ¡Cotilla, yo qué sé! - ¡¡¡Estás como un cencerro y aquí no me quedo ni un minuto más!!!

Hace un rato que ha salido y todavía tiemblan las paredes del portazo que ha dado.

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