miércoles, 18 de septiembre de 2024

Top secret.

Llamaron a la puerta y, al abrirla, me di de bruces contra un cura vestido para hace misa. - Usted perdone... (dije, sorprendida) 

Pero mi sorpresa no acabó aquí porque en el rellano de la escalera había otros cinco como él. - ¿Es Carnaval? ... - ¡Más respeto y menos guasa, señora! Venimos a ver a la mujer llamada Cotilla... - ¡Y Otras Hierbas añadiría yo! - Miren, si vienen a pedir se han equivocado de puerta. Trabajo pero no soy ni mil eurista. No me llega la paga a fin de mes y...

- ¡Peor estamos nosotros. También nuestra paga es pequeña pero la compensábamos con las limosnas de los cepillos hasta que la Cotilla entró en nuestras iglesias... - ¡Ah, vaya! ¿Son ustedes los curas de sus iglesias, como dice ella? - ¿Está o no está? - No. Ahora estará "límpiando" sus cepillos.

Bajaron la escalera en tropel, dejando tras de sí olor a incienso y revoloteo de faldas negras.

Unas horas más tarde, mientras estaba de cháchara en la cocina con Pascualita y Pepe el jibarizado, oímos ésto: - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ayayayayayayayyyyyyy... Estoy reventadaaaaaa - La vecina sudaba a mares y tenía el rostro arrebolado. - ¿No me diga que está con la menopausia, Cotilla? - Sigue entrenando, nena, que todavía puedes ser más tonta ¡Qué cruz tengo contigo!

Antes de que se encerrara en su cuarto, recordé: - Han venido a verla los de los cepillos. - ¿Me estás hablando en clave, boba de Coria? - ¡Los de sus iglesias! - ¡Un momento! ¿hablas de los curas de donde yo "límpio?" - Si. - ¿Les has dicho que estaba allí? - Si, claro. - ¡La madre que te parió!

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