sábado, 25 de mayo de 2024

¡A la manifestación!

¡Aaaaayyyyy!Estoy reventá! Se me ha ocurrido abrir la boca para  preguntar a qué hora empezaba la manifestación contra los excesos turísticos, la barbaridad de los alquileres; los pisos patera y turísticos, etc. etc. etc.

Hablaba sobre esto cuando Pascualita, a quien le gusta más el jaleo que a un tonto un lápiz, levantó sus bracitos, blancuzcos y enclenques, dando a entender que ella quería ir. Enseguida el resto de los personajes de casa han hecho lo mismo. 

Al escuchar el jaleo que armaban, los comensales de la Santa Cena se asomaron al marco para ver qué pasaba y en cuanto estuvieron al cabo de la calle del motivo de la manifestación, se unieron a nosotras. 

Mi primer abuelito apareció con un sudario de Oscar de la Renta, con pancartas reivindicativas, batucada y pitos. - ¿Qué tal estoy? - ¡Pa comerte, abuelito! 

La Cotilla se metió hasta el comedor sin anunciarse siquiera. - ¡Dicen que van a hacer una manifestación contra los turistas, boba de Coria! - Contra ellos no, sino contra la masificación que... - ¡¡¡¿No me digas que vas a ir?!!!  - Claro... - ¿Qué te he hecho yo para que me pagues así?... ¡buaaaaaaaaa! ¡Será mi ruina! y con una paga que no me llega a fin de mes... ¡¡¡BUUUUAAAAAA!!!

El árbol de la calle abrió su bocaza de madera para decir que estaba a favor de la Cotilla. - ¿A ti en qué te afecta? (pregunté, extrañada) - Hice caso a la vecina y tengo dos turistas, que ya no cabían en su piso, durmiendo en mi copa. Para ello tuve que desalojar varios nidos... - ¡¿Con huevos?! - Sí, pero no hagas un drama con eso porque son jóvenes y pondrán más.

La rabia me subía como la lava de un volcán. - ¡VAMONOS! (dije Y levantando el brazo, grité) ¡¡¡ADELANTE!!! - Y salimos a la calle con la ilusión del deber cumplido y la esperanza de volver a ser la Isla de la Calma.

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