lunes, 20 de mayo de 2024

esCOba y FREgona = COFRE.

 Pascualita sigue afónica perdida. Ya me encargo yo de ello dándole bebidas muy frías, poniéndola en medio de corrientes de aire. Y no se queja. Sí lo hace la Cristalera que es muy delicadita ella. La he avisado que si sigue por ese camino haré que unos obreros vengan a colocar la puerta al revés y así sabrá lo que vale un peine.

La Cristalera exterior no cabe en sí de gozo: - ¡Ya era hora de que me tocara algo bueno! - ¡Snif... No te atreverás, boba de Coria! - ¡Anda que no!

¿Por qué no se queja la sirena? ¿tal vez ésta es la táctica usada para sobrevivir millones de años a cuantos cambios ha habido en la Tierra y sobretodo, en el mar? Adaptándose a las circunstancias. 

La Escoba y la Fregona no pueden estar la una sin la otra y andan buscando un nombre artístico que las identifique de inmediato: - Pero si ya lo tenéis: Escoba y Fregona... o viceversa. - ¿Nos tomas el pelo? eso nos viene de fábrica. 

En eso tienen razón. Pero no acabó ahí la cosa. Quisieron saber el día, la hora y el tiempo que tardarán los obreros en darle un giro a la Cristalera: - No creerás que vamos a barrer y fregar el suelo a horas intempestivas. ¡Conocemos nuestros derechos! - ¿Y las obligaciones? (pregunté, un poco mosca) - Eso no nos importa tanto.

La voz del árbol de la calle entró en casa para ser bien oída: - Pide obreros cachas, nena. A ver si matamos dos pájaros de un tiro de una vez por todas y nace el dichoso bisnieto. - Rápidas como el rayo, siempre pensando en lo suyo, CO y FRE dijeron: - ¡Si hay sangre es más caro!


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