jueves, 30 de mayo de 2024

El Tiempo está sembrao.

He ido a una tienda de electricidad a que me coloquen un termostato para poder controlar mi temperatura porque, lo mismo hace frío que hace calor y es un sin vivir.

Después de comprobar que no estaba de guasa, ni bebida (me dijo el empleado que le echara el aliento) ni drogada. Para eso quiso hacerme un análisis de sangre y ahí me negué: - Pase por lo de echarle el aliento. Allá usted. Pero ¿sacarme sangre? ¡Nasti de plasti, moreno de verde luna y de olivares!

- En mi vida me han pedido algo así (dijo el maromo). Tiene usted ideas de bombero pero no seré yo quien la critique... Ya me gustaría a mi ponerme un termostato también... Pienso que es usted inteligentísima, pero ísima, ísima del todo. O muy tonta porque, a ver, ¿cómo se le ha ocurrido algo así. - Fui una lectora empedernida del Profesor Hans de Copenhague que publicaba sus inventos en el TBO. - Ah... Eso para mi es Prehistoria. Soy muy jovencito ¿sabe?

De repente entendí a la abuela cuando se pone de mal café si le mencionan la edad y le di un capón al mozo, de los que pican. - ¡Aaaaayyyyy! ¡Me ha pegado! - ¿Yooooooo? ¿Acaso te has roto para que tenga que pegarte! - ¡Está loca!

Y mientras él seguía con sus quejas y aspavientos salí a la calle sin que nadie se diera cuenta.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario