miércoles, 13 de febrero de 2019

Honrando a los Finados.

¡Que trajín llevamos estos días! Casi todas las tardes me voy con los abuelitos a alguna fiesta de despedida de alguno de los socios, o socias, de El Funeral. Creo que acabaré en Alcohólicos Anónimos porque se trasiega mucho, según fuera el finado, o finada.

Por ejemplo, la fiesta de Matilde la Guerrillera fue de aúpa. Por lo visto fue una mujer muy bullanguera. Vivió siempre en pleno Barrio Chino, cuando ese barrio no tenía ni un chino auténtico y ganó fama de guerrillera cuando los barcos de guerra americanos llegaban a Palma y ella luchaba a brazo partido contra sus compañeras de acera o esquina, para llevarse a la mayoría de marineros posibles.

Era simpática, mal hablada, cantaba y bailaba, bebía como una esponja y juraba como un carretero. Y encima, era guapa. Y rica, que su trabajo le costó reunir un buen capital para cuando vinieran las vacas flacas.

Y éstas llegaron y con ellas la degradación del barrio. Las casas se caían de viejas y no quedó más remedio que hacerlo nuevo. Matilde la Guerrillera no rechistó puesto que sacó una buena tajada con la especulación de terrenos, muchos de ellos suyos.

Estas cosas las contaba su inconsolable viudo entre copa y copa, baile y baile. Cuando bordeaba ya el coma etílico se acordó de Casimiro el Bizco, cuyo retrato colgaba al lado del de Matilde la Guerrillera y dijo que no los quería ver juntos. - "¿Estás celoso?" (le preguntó la abuela partiéndose de risa)

A mi solo me faltaba beberme el agua de los floreros cuando levanté la copa y brindé por ellos. - El viudo parecía un toro de lidia dispuesto a embestisme, cornearme y mandarme a la bandera. - ¡No te enfades, ... ¡hip!...hombre! Tu eras su marido. - Pero él... ¡hip!... no pagaba. - ¿El qué no ... ¡hip!...pagaba?

La abuela se me acercó. - "Calla, bob... ¡hip!... a de Coria" - Quiero saber que era... ¡hip...! lo que no pagaba... - En la cafetería se inició una discusión en la que nadie sabía de qué hablaba, ni siquiera el viudo pero gritábamos mucho. - Media hora después el dueño nos llamó la atención: - Los vecinos dicen que no pueden dormir. - ¡Pues... ¡hip!... ajo y agua! jajajajajajaja - ¡Que gracioso que está Victor Ino. - Si quitáis a Casimiro ponédme a mi... ¡hip!... cuando la espiche ¡¡¡ME LA PIDO, ME LA PIDOOOOOOO!!!

Media hora más tarde entraron los municipales e hicieron la primera redada del año y nos metieron a todos en el cuartelillo. - La abuela gritó: - "¡Tres hurras ... ¡hip!... por los Munic... ipalesssssssss.: Hip, hip, ¡Hurraaaaa... - ¡¡¡SILENCIO O LES METO UN PURO QUE...!!! - ¡¡¡Que nos lo metaaaaaaaaa!!!











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