sábado, 9 de febrero de 2019

Un pequeño resumen para los nuevos amigos-lectores.

De un tiempo a ésta parte, están entrando nuevos amigos de Pascualita. Empezamos a ser una gran familia, por eso creo conveniente recordar algunas cosas que han ocurrido en casa de la Abuela, la Nieta y la sirena. Ellas fueron los primeros personajes que aparecieron en estas pequeñas historias, en el ya lejano septiembre de 2011... ¡Como pasa el tiempo!

Todo comenzó de la manera más tonta, que es como suelen ocurrir éstas cosas.

La nieta se estaba preparando un sabroso bocadillo con aceite, tomate y unas sardinas en lata. Al coger la tercera ésta se movió. Se acercó más al bicho y al ver que agitaba unos bracitos diminutos y que el torso y la cabeza no tenían nada que ver con la hermosa cola azulada, gritó como una loca: - ¡¡¡Abuelaaaaaaaaaaaaa, hay un feto en la lata de sardinaaaaaaaassss!!!

Esa fue la entrada triunfal, el día de San Pascual, de Pascualita en aquella casa.

La abuela, asmática, pensó que había encontrado un talismán para su enfermedad porque, todo asmático sabe que no hay mejor remedio para su problema que llevar un caballito de mar, disecado, en el bolsillo de una camiseta interior. Pero "aquello" era una sirena... Solo tuvo que tirar del refranero: A falta de pan, buenas son tortas.

La abuela quiso que Pascualita conociera nuestra civilización yendo en un bolsillo interior no iba a ver nada cuando fueran de paseo. Como en el barrio no faltaban tiendas de chinos, compró en una de ellas un termo para niños. Lo llenó de agua de mar, se lo colgó del cuello y, hale, a pasear.

Nieta y abuela hicieron un pacto. Nadie debía conocer la existencia de la sirena. Temían que, si la descubrían, acabaría metida en formol en algún desconocido laboratorio.

La defensa de Pascualita radica en su saliva, es venenosa. Y en su diminuta dentadura de tiburón. Al morder destila el veneno y la hinchazón se vuelve descomunal: Se han visto gaviotas con muslos de pavo, pechos enormes donde apenas había algo, orejas elefantinas, etc. etc. ...

La sirena ha aprendido a respirar aire y cada vez aguanta más fuera del acuario ¡pero no puede con el agua dulce. Se ahoga!

Son muchas cosas las que han pasado durante estos años. Por ejemplo, la boda de la abuela con Andresito, amigo, riquísimo, de las noches  locas en la cafetería El Funeral, al que acuden un marchoso grupo de ancianos, la mayoría de las veces, a celebrar la muerte de alguno de ellos poniendo su retrato en la Pared de los Finados .

La edad de la abuela es un misterio. La Cotilla apareció un poco más tarde. Las dos son amigas desde la niñez. Son envidiosas, interesadas, puñeteras. Unas supervivientes natas, sobre todo la Cotilla que tiene una pensión mínima,

A lo largo de éstos años han ido saliendo personaje. Algunos duraron poco. Otros, como el Municipal Bedulio, sigue teniendo pánico a los fantasmas. Y en esa casa hay uno: el del primer abuelito de la nieta, cuya muerte nunca se ha aclarado

También está Pepe, una cabeza cortada por los jívaros y reducida hasta servir de llavero. El árbol de la calle, que está junto al balcón de la casa de la nieta, también va cogiendo protagonismo.

Algunas historias se basan en hechos reales.

A los personajes les encanta que sus lectores les manden comentarios. Y a mi también.

Gracias a tod@s por leernos.


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