jueves, 14 de febrero de 2019

La reputación de la abuela, en entredicho.

La abuela está alicaída. Ha pasado ésta mañana por casa y ha dictado sentencia a Andresito, que la escuchaba como los ojos abiertos como platos: - "¡Coge tus cosas y tira para casa!" - ¿Pero...? - "¡Ni pero ni peras" - ¿Y si me detienen por lo de Paquí Pallá, S.L.? - "Asume tu responsabilidad como un hombre o, desde ahora, te llamaré Boabdil el Enano Llorón" - Es que no recuerdo haber hecho nada malo... pero vete tú a saber ¿Por qué no puedo quedarme aquí asilado? - "Porque ahora me toca a mi. Y tu madre no puede quedarse sola en casa" - ¿Y los cubanitos culito-espingones? - "Esos están a lo que están." - Ai, Deu meu. Que un hijo tenga que escuchar éstas cosas de su madre...

La abuela no quiso escucharlo más e, imperiosa, ordenó al mayordomo inglés que se llevara a Andresito a la Torre del Paseo Marítimo aunque fuera arrastras.

¡Mi gozo en un pozo! Pensé que recuperaba mi libertad pero he salido de Málaga para caer en Malagón. - ¿También quieres que te de asilo-familiar, abuela...?

Ha metido ¡sus maletas ! - ¿Cuántos días piensas quedarte? - "¿Pasa algo?" - Solo es curiosidad. - "Tengo que reponer mi autoestima. La tengo por los suelos desde anoche." - ¡Pero si nos lo pasamos pipa!

- "Qué poca vista tienes" - Me dejó con la palabra en la boca y fue a por Pascualita. Hay que ver que bien se llevan éstas dos ¡Eso me cabrea porque, quién le da de comer, soy YO!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Y esa cara? (preguntó la Cotilla a su amiga) ¡No me digas más! Tu nieta te ha hecho una trastada de las suyas. - ¡¡¡Oiga!!! - "Es por algo mucho más importante que eso. Anoche supe que aquella comehombres que era yo, ha quedado en nada frente a Matilde la Guerrillera." - ¡Me extraña! - "Créetelo. Su viudo contaba y no paraba" - Ese siempre ha sido un farolero. - "Ha conquistado más hombres que yo... tengo que reconocerlo y dejar de fardar porque haría el ridículo... ¡snif!... "

Sentadas en la salita, con Pascualita en plan broche prendido del jersey de angora (el pelo le hacía cosquillas y la sirena no paraba de estornudar) de la abuela, repasaron sus largas vidas mientras, a mi me mandaron a llenar garrafas de agua de mar a la playa para que no sacara cuentas de los años que tienen.

Al volver, las dos amigas estaban contentas como castañuelas y con la botella de chinchón a punto de acabarse. Cuando me fui estaba sin empezar.

- "¡Ven nena, brinda por la buena reputación de tu abuela! jajajajajajajaja Repasando las trayectorias de conquistas de Matilde la Guerrilera y mías, gano yo. Además, ella no tiene un marido que ¿a saber como murió?" jajajajajaja - ¡¡¡ABUELA!!!

Pascualita, viendo feliz a su amiga, hacía el gesto de Ok con sus deditos, una y otra vez hasta que, a pesar de tener los ojos nublados por el alcohol, la Cotilla notó algo: - ¿Eso... ¡hip!... qué e lo que ... ¡hip!... é? ... - Pareció que se dormía pero un rato después, dijo: - ¿Y el aguaaaaaa... ¡hip!... de mar para qué es? - "Para hacer ... ¡hip!... sopa. Así no hace falta ... poner ... ¡hip!... avecrem"

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