jueves, 1 de mayo de 2014

Ha pasado una cosa extraordinaria: las superficies planas de los muebles han amanecido blancas. Debe ser el polvo en suspensión ocasionado por los trabajos de albañilería que mandó hacer la abuela en casa. ¡Es fantástico! Lienzos sin estrenar en los que puedo dar rienda suelta a la imaginación. Y eso es lo que he hecho, incluso antes de desayunar. ¡Que placer pasar los dedos trazando arabescos, pintando los girasoles de Van Goog, las estrellas del firmamento egipcio. Era puro arte lo que estampé en las mesas, el cantarano, el taquillón de la entrada...! Yo misma estaba maravillada pero, de repente, todo se esfumó. La magia negra,convertida en trapo del polvo, lo fue borrando sin piedad. - ¡¡¡Noooooooooo!!! ¿Qué has hecho, Geoooooorge? - Yo limpiar mamarrachous - ¡La madre que te parió, inglés de las narices! Mucho presumir de Museo Británico y resulta que no sabes apreciar la calidad cuando la tienes delante. - Esto no querer nosotrous en England. Niños pequeñous hacerlo mejour.

Este sabrá mucho de preparar el té pero de arte no tiene ni puñetera idea. Afortunadamente logré salvar los Girasoles que había hecho sobre el cantarano. - ¡Ni lo toques! - Well... ¿Querer desayunou? - Yes... ¡Digo, sí!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! - Siempre venir cuando oler comida, señora Cotilla... No gustar a mi. -  Tampoco me gustas tú a mí, así que estamos en paz... Y ahora hazme un café con leche, plis. - Pero no se lo hizo y se fue a seguir limpiando. - ¡Será...! Tendré que hablar con tu abuela. Mírale que mono con la bayetita en la mano. ¡Anda que no es grande el cantarano y no ha visto la de polvo que lleva encima, pero si que se ha entretenido en dibujar chorradas - ¡Son los girasoles, de Van Good! - Esto lo hago yo con los ojos cerrado ¡hala, mira. Un flor! ¿Quiéres otra? ¡Toma! Un redondel, unos pétalos, el rabito y una hoja ¡Ya está, otra!

Todo el día he estado de capa caída gracias a la Cotilla que, en un momento ha minado mi moral. Eso no es bueno para una embarazada como yo ¿Qué pensarán ahora los bisnietos? Yo quería que supieran que su madre es una artista pero si han oído a la vecina pensarán que soy una inútil...  Pascualita me mira cuando me acaricio la tripa. No me quita ojo. ¿Habrá tenido hijos? ¿Cuántos? No más de diez, supongo... Por cierto ¿de dónde saco yo diez bebés dentro de unos meses?

Los abuelitos han venido a controlarme porque lo primero que ha hecho la abuela ha sido mirar la botella de chinchón. - "Falta la mitad" - Habrá sido la Cotilla... - Un silencio acusador hizo que "cantara" la Traviata. - ¡Es que estoy de antojos!... ¡¿No querrás que los bisnietos nazcan con cara de botella?! - No ha tenido compasión. Se ha guardado la botella en el bolso y se ha quedado tan ancha. - Pascualita no perdía detalle y parece que no le gustó el gesto de la abuela. Si yo no tenía chinchón, ella tampoco. Por eso se sumergió para salir, rápidamente, con los carrillos hinchado y echar un chorrito de agua venenosa en la oreja de la abuela. - ¿De dónde ha salido este agua? (el abuelito estaba asombrado) - "Vámonos, Andresito que a mi primer marido hoy se lo comen los celos" - Y salieron a toda prisa.

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