miércoles, 21 de mayo de 2014

La Cotilla ha venido muy arreglada. No la he visto así desde la boda de la abuela. ¡Hasta rímel se ha puesto en las pestañas! Y los labios pintados en rojo pasión que tiran de espaldas. - ¿Ese no es el mismo tono que usa la abuela? - Es posible... lo encontré el otro día en su casa. - ¡Lo ha robado! - Que boca más sucia tienes. Estaba abandonado en el lavabo de su habitación. - ¿Qué hacía usted allí ¡No me lo diga! ¡¡¡Cotillear!!!... ¿La ropa que lleva también estaba abandonada? - Es de un contenedor del barrio de tus abuelos. La ropa de allí luce más. - ¿Va de boda? - No. Es que voy a ser Presidenta.

- ¿De Europa? eso es mucho suponer ¿no le parece? - ¡Que no, tonta! Presidenta de la escalera. Esta noche hay reunión de vecinos para hacer el relevo y me toca a mí. - Pero el piso no es suyo. - Como si lo fuera después de los años que hace que vivo en él. - Esto es una Comunidad de PROPIETARIOS y usted es INQUILINA. - ¿Quién se acuerda ya de eso?

Durante la comida seguimos discutiendo pero la mujer no daba su brazo a torcer. Cuando Geoooorge nos sirvió la comida se la quedó mirando, muy serio y con los ojos como platos. Luego me miró a mi y dijo, medio estrangulado por la risa - ¿Ser... ser... glub... ser...? - ¡Que sí, hombre! Es la Cotilla... ¿A qué está guapa? - volvió a su seriedad profesional, cogió la botella de chinchón que estaba sobre la mesa y se la llevó - ¡Oye, inglés, trae eso! (gritó la vecina pero el mayordomo no le hizo porque creía que yo ya había bebido bastante)

A las siete de la tarde comenzó la reunión. Algunos vecinos no saludaron a la Cotilla porque no la reconocieron. Otros se daban codazos unos a otros y soltaban una risita. Ella estaba encantada por la expectación que creaba. Y así estuvo hasta que se nombró al nuevo Presidente - ¡Alto! Impugno el nombramiento. La Presidencia es para mí. ¡Me toca! - Y empezó el guirigay. - ¡No os liéis que no acabaremos nunca y hay partido en la tele! gritaba uno. - ¡¿Por qué no podemos ser presidentes los inquilinos si pagamos una cuota?! - La Cotilla se subió en el macetón de la entrada gritando - ¡¡¡Os pongáis como os pongáis, la Presidenta soy yo!!! - ¡Usted lo que tiene que hacer es pagar las cuotas que debe, tía fantasma! - ¡Administrador, que conste en acta que este mamarracho me ha faltado al respeto! - Ese mamarracho tiene más razón que un santo ¡Debe más de un año de gastos de escalera! - ¡¡¡El mamarracho lo será usted!!! dijo el aludido enganchándose con el administrador. Mientras, un grupo de vecinas se puso a gritar ¡¡¡Que pague lo que debe. Que pague lo que debe!!! - ¡Soy pensionista y no llego a fin de mes! - Lo que tiene es mucha cara ¡mal pagadora! - ¡Ni se le ocurra coger el ascensor mientras no pague!...

La cosa se estaba poniendo fea para la Cotilla y decidí intervenir - Vecinos, si el domingo saca los votos necesarios para ir a Europa ¡la perderemos de vista durante cuatro años! - El nuevo Presidente se estrenó diciendo - ¡El domingo todos a votar al  ¡¡¡Y TÚ MÁS!!! y encima tendrá dinero para pagarnos! Si gana la Cotilla ¡ganamos todos!


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