lunes, 12 de mayo de 2014

La abuela ha hecho canelones y me ha traído una bandeja enorme - "Cometelos todos que tienes que coger fuerza para el parto" - ¡Aún queda mucho para eso! - "Los meses pasan volando y cuando te des cuenta, ya estarán aquí los bisnietos" - ¿Para qué tantas prisas?. - "Cuando estés en la recta final desearás que todo acabe cuanto antes. Estarás tan gorda que ni tú te conocerás cuando te mires al espejo" - ¿Me dices eso para animarme o para hundirme?

- "¿Sigue viniendo la Cotilla por aquí?" - ¿Lo dudas? - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! - Hablando del Rey de Roma, por la puerta asoma. - "A ti te quería ver yo. Me ha dicho Andresito que te has dedicado a pegar esos feos carteles en mi barrio y lo que es peor, ¡en la fachada de la Torre del Paseo Marítimo!" - ¿Por qué no me saludó? Le hubiese regalado algunos para tener un detalle con él ya que las fotocopias las hizo Geooorge en vuestro ordenador. - Por la cara de la abuela vi que nada de lo dicho le había echo gracia.

- "¿Mi mayordomo está de tu parte? ¡Ese no vendrá más a aquí!" - Pero si solo han sido dos mil fotocopias, mujer y las ha echo fuera de las horas de trabajo... - "¡Un mayordomo inglés no acaba nunca el trabajo!" - ¡Negrera! ¿No dijiste que me votarías? - "¿Y qué tiene que ver la velocidad con el tocino? Tengo que guardar las formas... Espero que cuando vuelva a casa, el cartel ya no esté" - Vengo de El Funeral y he dejado un montón de propaganda. - "Habrás dicho que han sido impresos en mi casa" - ¿Cómo quedamos? - "Los parroquianos de la cafetería son proletarios. Y si no lo eran, después de los recortes, ya lo son" - ¡Entonces de ahí sacaré un montón de votos! - "Depende del barrio en que voten, como me pasa a mí"

- Abuela no puedes prohibir a Geoooooorge que venga porque le ha cogido mucho cariño a Pepe-Crisogono. Sigue creyendo que, ya sea hombre o mujer, se trata de un antepasado suyo. Han hecho muy buenas migas la cabeza jibarizada y él. - "Pues procura que no se entere Andresito de lo que ha hecho o lo pondrá de patitas en la calle" - Yo no diré nada... ¿Y usted, Cotilla? - No lo sé.

Mientras estábamos en la cocina la abuela se fijó en la mancha que quedó en el suelo después de recoger el aceite caído. - "¿Quién es?... Me resulta conocido..." - Pascualita, harta de no ser el centro de atención, saltó de la pila bautismal y cayó sobre la "cara" dándose un buen porrazo. La Cotilla pegó un salto, dio media vuelta y salió de casa a paso ligero, diciendo - ¡No puedo con los fantasmas! - La abuela consoló a la sirena que se había quedado bizca del golpe. - "¿Qué ha querido decir la vecina?... Cree que es... ¡Mi primer marido! ¡Maldita sea. Ha vuelto! Ya le dije entonces a la Cotilla que tendríamos que haberle dado más mejunje." - ¡¡¡Abuela!!!

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