viernes, 18 de febrero de 2022

¡Abuelitooooooo!

Cuando salimos despavoridos de casa choqué contra Bedulio que iba haciendo su ronda por el barrio. - ¡Huy, a ti te quería ver! ¡Toma, las llaves de casa por si tienes que llamar a los bomberos! - Y seguimos corriendo.

Pero el Municipal nos dió el alto antes de llegar a la esquina. - No pienso entrar en tu casa y menos si está vacía. Aquí hay gato encerrado. - "¡Justo, me lo has quitado de la boca! (dijo la abuela) Ha entrado el gato del vecino, que es una fiera corrupia, y está desmontando la casa" 

 A mi primer abuelito no pareció gustarle tantos remilgos por parte de la Autoridad y no se le ocurrió otra cosa que soplarle en la oreja. Yo decía que no con la cabeza pero el abuelito, que se estaba divirtiendo, siguió soplando. Bedulio espantó con las manos lo que creía una mosca cojonera que la había tomado con él. 

La abuela se partía de risa. Yo me la aguantaba. Bedulio vio que yo decía que no. Ató cabos , palideció hasta más no poder y cayó redondo al suelo. Su compañero en la ronda vino corriendo y me oyó decir: - ¡Ya te vale, abuelito! Mira la que has liado.

Poco a poco, Bedulio volvió en si. - ¿Qué me ha pasado...? (le temblaba la barbilla) - El compañero, solícito, respondió: - Por lo visto su abuelito, al que aún no he visto, te ha hecho una brom... ¡¡¡BEDULIO, VUELVE EN TI!!!

 

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