sábado, 23 de noviembre de 2019

Luces de Navidad.

Ha dicho el abuelito que si los alcaldes de Madrid y Vigo creen que son quienes van a poner más bombillas en España para Navidad, lo tienen claro. - "¿No pensarás que será en Palma?" - ¡Tú lo has dicho! - "Estás pallá, Andresito. ¿Así que las calles lucirán de noche como si fuese de día?" -  ¿Quién ha hablado de calles. He mandado decorar la fachada de la Torre del Paseo Marítimo con tropecientas miles de bombillas. De noche no hará falta encender los faros de la Bahía porque la luminaria de nuestra casa los guiará a buen puerto.

- "¿Te estás escuchando?" - Y verás la que liaremos el día de la inauguración ¡Hasta el Fari vendrá a cantar aquello de ¡Ay, mi toritooooo, mi torito guapo! - "¿Ves como has bebido? El Fari ya pasó a mejor vida" - Pues me  ha fastidiado... ¿A quién contrato entonces? Ya sé: ¡A Joselito! - "Ese ya es don José" - ¿Antonio Molina? - "Ausente para siempre" - ¡Vaya! ¿Pavarotti? - "Nasti de plasti" - ¿Pero qué es esto? ¿Una hecatombe? - "No será que eres más antiguo que andar pa lante, marido"

El abuelito se ha quedado un poco "arrugado" - ¿Quién cantará entonces? - Los niños cantores de Viena (dije yo en un arranque)

Pascualita, que nos vio discutiendo, llenó su boca de agua envenenada y sin pensárselo dos veces, nos escupió a la cara. Todos recibimos un poco aunque Andresito se llevó la peor parte y una oreja, roja como un tomate, empezó a crecer exageradamente, mientras el abuelito lloraba a moco tendido de dolor.

Acudí al remedio salvador: el chinchón y poco después el abuelito roncaba plácidamente en el sofá de la salita. Entonces, nosotras tres: la abuela, Pascualita y yo, pudimos hablar tranquilamente: - "Imagínate el disgusto que me llevé al saber que había sido sepulturero" - ¿Por qué, abuela? Alguien tiene que hacer el trabajo. - "No es eso sino que, de salir juntos, nunca podría presentar a nadie a sus "conocidos" -

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Hay un león en la salita? (dijo temerosa) - "Es Andresito roncando ¿Ves cómo no todo es agradable en el matrimonio, Cotilla? - Se asomó un momento. - ¿Y esa oreja? - Es un disfraz... - ¡Vaya, que original!... ¿No habéis visto volar algo ahora mismo? - Noooooooo...

Pascualita "voló", literalmente, a través del comedor, hasta estrellarse contra el espejo del aparador gracias a un revés mío... igualito al de Nadal

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