jueves, 18 de enero de 2018

Miss Madurita 2018

- ¡Nena, ha pasado lo peor que podía pasarnos! - ¿Te has arruinado? - ¡Peor que eso! - ¿Peor?... ¿te está envenenando, poco a poco, la abuela? - ¡¿Qué me dices, nena?! ¿Estás segura? - Noooooo... ¡dime qué pasa de una vez! - Anoche tu abuela fue elegida Miss Madurita 2018. - ¡¿Madurita?! pero si tienes más espolones que el Gallo de Morón. - ¡Calla, insensata, que puede estar detrás de ti oyéndote!

Me volví rápida pero, a mi espalda, no había nadie... salvo Pascualita, sentada en el borde del acuario. Me estremecí porque me miraba como si no quisiera perderse nada de mi conversación con el abuelito. - Es capaz de chivarse (pensé y se me puso mal cuerpo)

- Y ¿dónde fue la eleccción? - En El Funeral. Montaron la elección de la Reina recordando aquellos años sesenta en que, no había evento en el que no se eligiera una Miss y como va a ser San Sebastián.... - ¿Y esto es lo peor que nos podría pasar? No lo veo así, abuelito, sino como una cosa bonita... (la envidia me corroía por dentro) - Espera a verla primero y luego opina.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Qué vas a hacer de comer? - Pa amb oli. - ¿Con jamón?. - No. A palo seco. - Eres más agarrada que un chotis, boba de Coria. Así no te casaremos nunca... ¿Has visto a tu abuela? - No ¿por qué? - Por hablar de algo. - Anoche la hicieron Miss.

Me dio la impresión de que a la Cotilla se le erizaban los pelos del cogote... ¿Sería envidia también? - Me voy que tengo mucho que hacer. - Y salió al trote, pasillo adelante. - ¿Se va? - La respuesta a la pregunta más tonta del día fue un ¡PAM! de la puerta de la calle al cerrarse tras ella.

Decidí que la sirena y yo nos merecíamos unas copitas de chinchón para celebrar el éxito de la abuela aunque ella no estuviera. Me desparramé por el sofá, con la tele puesta, una mantita que nos tapaba a Pascualita y a mi. Y la botella a mano.

Nos quedamos dormidas como lirones. Y tuvimos un brusco despertar cuando, con un grito imperioso, la abuela dijo: - "¡¡¡DE RODILLAS ANTE LA REINA!!!" - Me levanté con un poco de esfuerzo porque, en lugar de dos copitas, tomé un parell mallorquín (o sea, ni se sabe cuántas)

La abuela estaba impresionante con la corona, la banda y el cetro, plantada en medio de la salita. Erguida la barbilla, ojos desafiantes y fieros que daban un poco de miedo. Pascualita saltó hacia ella y se acurrucó en su escote. - ¡Mírala! Arrimándose al Poder la jodía! (exclamé)

A partir de ese momento todo se trastocó. Tuve que hacerle reverencias; hablar solo cuando me preguntaba; llamarla Majestad (al principio me daba la risa floja y no podía. Solo cuando me arreó un pescozón pude hacerlo)... Poco a poco fui entendiendo al abuelito... Entonces, exponiéndome a un terrible castigo medieval, dije: - ¿Te habían elegido Miss alguna vez, Majestad? - Mirándome de arriba abajo, dijo: "¡Sí! Hace años mi Majestad fue elegida Reina" - ¡Por eso la Cotilla ha salido por pies!



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