jueves, 19 de octubre de 2023

¡ANDA QUE... !

Mientras corro como una loca por casa cerrando puertas y ventanas para que no entre el tigre, Pascualita va cogiendo las fuerzas que perdió en Sevilla por la mala calidad del agua salada en que la sumergimos. 

Me extraña que, con lo rencorosa que es, no nos haya atacado. 

Lo del tigre me tiene aterrada. Lo dijo el árbol de la calle que, como se pasa la vida fisgando a todo hijo de vecino desde su alcorque y altura, se entera de todo. Tengo que reconocer que cuando pronunció la palabra tigre, todas las demás desaparecieron de mi mente. Ahora veo sus rayas, sus enormes colmillos, su mirada hipnótica por todas partes... Aaayyy, solo de pensarlo me da escalofríos.

Encerrados en casa, a cal y canto, sudo a mares . Supongo que Pepe el jibarizado, al soltar su OOOOOOOOOOOOOOOOO, se queja de eso pero, como la cabeza reducida se explica como un oso hormiguero borracho y el único que lo entiende es mi primer abuelito y ahora mismo se está probando un nuevo sudario de Coco Chanel, no puedo asegurar nada.

Los comensales de la Santa Cena, asomados al marco del cuadro, esperan acontecimientos cantando: - ¡¡¡YO LO QUE QUIERO ES QUE TE COMA EL TIGRE, QUE TE COMA EL TIGRE... !!! - ¡Que jodíos!

- ¡Ya está aquí! - Gritaron las bolas de polvo, los comensales, las vidrieras, el árbol de la calle, Pompilio con su carga de calcetines desparejados... La sirena batió palmas, encantada de deshacerse de mi... ¡snif,,, ¡BUAAAAAAAAAA!

Entonces Pascualita saltó y se comió... al ¡¡¡MOSQUITO TIGRE!!!

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