Poco antes de partir hacia El Funeral llamó la abuela. - "Espero que la noche te haya sido fructífera, nena, que mis buenos euros me ha costado" - He dormido como un tronco ... Ahora me entero de que pagas mi sueño ¿A santo de qué?
- "Que ceporra eres, boba de Coria. Mira que lo comenté con Andresito: hay que avisarla. Esta es de las que se le tiene que dar todo mascado. Pero él ha insistido diciendo: Será una sorpresa para ella. ¿Cómo no se va a enterar la nena, mujer?. Dale un voto de confianza. Y claudiqué, tonta de mi. ¡Pero si te conozco más que si te hubiese parido!"
La abuela se había embalado y lanzaba las palabras como si fuesen ráfagas de ametralladora.
- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! Nunca pensé que a mis años vendrían a rondarme los bomberos más guapos del calendario ¡Y que voces tan varoniles! Lástima que no te enteraras, nena. Incluso trajeron buñuelos y moscatel para que no faltara de nada. ¡Que bien lo pasamos! Hasta invité a los vecinos. Estaban todos aquí y se unieron al coro... Ay, estoy emocionada. - Y tres lagrimones resbalaron por sus escuálidas mejillas.
Han pasado varias horas. El tiempo necesario para que mi neurona ilumine mi entendimiento. Fue como una descarga eléctrica: ¡SERENATA! ¡¡VOCES VARONILES!! ¡¡¡BOMBEROS DE CALENDARIO!!! y yo ¡¡¡¡¡¡DURMIENDOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!
Antes de irse, la abuela me dijo: - Los gastos de la Serenata te los descontaré en el testamento ¡Tenlo por seguro!
No hay comentarios:
Publicar un comentario