viernes, 6 de octubre de 2023

Dichoso celo.

Pascualita está irritable a más no poder. Y con razón porque ya son muchos los milenios que pasa el celo sin un sireno que llevarse a la boca... ¡Esa fue su perdición: llevárselos a la boca! hasta la extinción del último de ellos.

Se pasa el día dando saltos mortales en la pila de lavar del comedor hasta que no queda ni una gota de agua en ella. Hay tanta en el suelo que se levantan olas y todo.

Los comensales del cuadro de la Santa Cena miran, preocupados, como va subiendo el nivel y aunque están a buena altura, temen que al paso que va creciendo el histerismo de la sirena el agua les acabe entrando. 

- ¡Para ya, loca, o saldremos en barca! - Pero que si quieres arroz, Catalina. Y a quién le va a tocar reponer tanto líquido es a una servidora. Por eso llamé a la abuela. - Mándame a GeoooorgeBrexit con el rolls royce. Tengo que ir a buscar agua a la playa y no quiero deslomarme. - "Muy fina te has vuelto tú" - ¡Pero, abuela...! - "¡Ni abuela ni leches! ¿Acaso quiéres que el inglés descubra a mi preciosa muñequita de los siete mares?"

Sentí que la ira subía a pasos agigantados por mi cuerpo camino de la boca por donde vomitaría mi rabia: - ¡La tiraré al mar y que se busque la vida el jodío bicho! - "Acabo de desheredarte y te quedas sin la Torre del Paseo Marítimo, boba de Coria. Que lo sepasssss...

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