jueves, 29 de noviembre de 2018

El llavero.

Me gustaría colgar alguna cosa en el bolso para que se vea lo moderna que soy pero... no sé qué poner. He buscado por casa pero no encuentro nada por lo que decidirme hasta que me he acordado de Pepe. Al fin y al cabo, ahora, es un llavero. Macabro pero un rato original.

Lo he puesto en un bolso azul y queda muy mono. Así que me lo he llevado cuando he salido por Palma a la búsqueda de regalos.

A pesar de llevarlo bien a la vista, Pepe, al principio, pasaba desapercibido hasta que un chico se ha fijado en él y ha dicho: ¿Eso que lleva esa mujer es una cabeza humana? - A lo que su compañera, volviendo atrás y mirándolo detenidamente, ha soltado: - ¡Fijo, tío! ¡Que guay!

Ha sido el comienzo de una aventura que por poco acaba con mis huesos en la cárcel porque, cuando alguien me denunció, la policía pensó que era una prueba de asesinato que el criminal (o sea, yo) hizo reducir para despistar la investigación que se acababa de abrir.

De repente una mujer gritó: - ¡¡¡Que horror!!! - De ese grito se pasó a los insultos. - ¡Mala puñalá te den, hija de la grandísima puta! ¡Entiérralo! - Algunos creyeron que no era de verdad y para zanjaar la discusión, preguntaban. - ¿A qué lo ha comprado en los chinos? - No pude hacer otra cosa que darle la razón.

Poco a poco el tumulto fue creciendo y apenas podía caminar - ¡¿En qué tienda?! - Di la dirección de la tienda del señor Li y la mitad de la gente que me asediaba, salió de estampida a por más cabezas jivarizadas. -  Nena ¿no irás a comprar semejante porquería? - Ay, mamá, no seas pesada. si me la quiero comprar, me la compro y en paz ¡Dame la pasta!

Al tumulto se acercaron periodistas en busca de noticias frescas. Y tras ellos llegaron los municipales. Uno de ellos era Bedulio. - ¡Paso a la autoridad!... Huy, no sabía que estabas metida en el ajo (me dijo, con la cara demudada) . ¿Es cierto que lo has matado tu? (me preguntó con voz trémula) - Sonreí con malicia. - Eso es cosa de mi primer abuelito... jejejejejejejejeje

- ¡Arréstenla por asesinato, encubrimiento y todo lo que se os ocurra! - Pero..., pero... Bedulio...

Me pasé varias horas en el calabozo y las aproveché para echarme una siesta porque tenía mucho sueño.

Pepe fue de mano en mano hasta llegar al forense que certifico que el susodicho Pepe, estaba muerto. Después me lo entregaron con un comentario: Debía ser un buen pendenciero por la cantidad de cicatrices que tiene... - Es un trabajo esmerado de Pascualita ayudada por la abuela que es la encargada de coser los desgarros de la cara y que lo hacía mientras veía el prograna de La Esteban. - Los policías se admiraron: Tu abuela es una artista, boba de Coria.




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