lunes, 19 de noviembre de 2018

Me sacan de mis casillas.

La abuela y la Cotilla llegaron casi al mismo tiempo y ambas venían cargadas con bolsas de ropa. - "¿Has encontrado de todo?" - preguntó la abuela a su amiga. - Me ha costado un poco pero, al final, lo he conseguido. - "¿Y es de aquella época?" - No seas tan picajosa que con que lo parezca, va que chuta.

- ¿De qué habláis? - "¡Nos vamos a Madrid!" - ¿Las dos solas? - Naturaca. - ¿Y yo qué? - "Eso digo yo. ¿Tú qué? ¿Cuando encontrarás un novio para convertirlo en el padre de mi bisnieto?" - Que arte tienes tergiversando las cosas, abuela.

- Vamos a bicentenario del Museo del Prado vestidas de goyescas, boba de Coria ¡que ilusión! ¿Te acuerdas de los fusilamientos del tres de Mayo?... - ¿No me digáis que estuvisteis allí? - ¡PLAFFF! - ¡Abuela, era una broma! - He pensado (dijo la Cotilla) que, aprovechando que estaremos en el Museo, podríamos darle el cambiazo a alguno de los cuadros. Hay tantos, colgados o guardados, que ¿quién va a enterarse? - "Cotilla, no empieces..." - Se los vendemos a un Jeque y nos forramos. -" Humm... no me parece tan mala idea. ¿Vamos a medias?" - ¡¡¡ABUELAAAAAA!!!

- Ya salió doña Etica Pelética a rebuznar. - ¡Es patrimonio de todos los españoles! - Entonces, razón de más para ganarnos unos euritos. Una pequeña parte de ellos es nuestra. - ¡Mínima! - Vale. Pero nuestra.

Aquella desfachatez podía conmigo. De modo que las dejé con la palabra en la boca, cogí a Pascualita y me fui a dar una vuelta y despejarme. Los pasos me llevaron ante la tienda del señor Li. - ¿Tu quelel algo? (me preguntó al verme) - Sí, un rollito de Primavera. - ¿Pol qué lleval siemple telmo colgado en cuello? - Para sacar a pasear a mi amiga P... estoooooo... Pececito. - Yo quelel vel - ¡NO! -

- ¡Sí quelele! Tu callal. - ¡No me da la gana. Y métase el rollito por dónde le quepa! - ¡Tu no educada! Yo decil a tu abuela. - ¡Anda y que lo zurzan! - ¿Sel malo zulzil? - ¡Ya lo creo jajajajajaja! - Yo hacelte magia china y tu sel más tonta aún.

Ante tamaño escándalo, Pascualita asomó la cabeza por la boca del termo y el señor Li vio lo que quiso ver: - ¡¡¡GAMBA GOLDA. YO QUELEL!!!

Tuve que salir corriendo de allí. Al llegar a la calle estaba chorreando porque me tiré encima el agua del termo... ¿Y Pascualita? ¡¡¡PASCUALITAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!

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