jueves, 18 de febrero de 2021

Sin Semana Santa.

 - "Que no habrá Semana Santa, nena." - ¿Con eso quieres decirme que me quedo sin torrijas? - "Efectiviwonder" - ¡No es justo! ¿La suspensión es porque el obispo se ha vacunado de estranjis? - "Nooooo... Es por la Pandemia" - Anda que no le sacan jugo al coronavirus. - "¿Por qué lo dices, boba de Coria?" - Es una buena excusa para esconder secretas martingalas. Si han suspendido la Semana Santa es porque algo huele mal en Dinamarca.

- "Hacía tiempo que no te lo decía pero hoy te lo has ganado: ¡No eres más tonta porque no te entrenas!"

La Cotilla tampoco sabía nada. - ¿Por qué? ¿Para que yo no pueda vender rosquillas, o empanadas, o robiols, o cocarrois, o crespells, o... - ¡Pare, que se me hace la boca agua! - Además, pensaba cantar una saeta o dos. - ¿Por qué? No le hemos hecho nada, mujer.

También el árbol de la calle estaba mohíno. Por lo visto también quería cantar saetas y tenía tal disgusto que lloraba hojitas y tenía la acera perdida de ellas. Las había a cientos. Naturalmente, protestaban porque no habían pensado en tener una vida tan corta pero la boca del árbol tenía una mueca que no dejaba lugar a dudas. Estaba muy contrariado y podía suceder cualquier cosa... como así fue. Esperó a tener tres o cuatro  coches aparcados a sus pies y entonces ordenó a todo cuanto gorrión anida en sus ramas que, todos a una, evacuran sus tripitas.

Solo viendo las reacciones de los dueños, ninguna buena, oyéndoles lamentarse durante un buen rato y oirles mentar a las familias de los gorriones, se dio por compensado.

Otro de los damnificados fue Bedulio que pasaba bajo el árbol haciendo su ronda como buen Municipal, cuando aquel dio la órden de "proceder" a su numerosos inquilinos,

Daba asco verlo. 

Me asomé al balcón al oír sus lamentaciones, amenazando con la tala, despotricando contra lo divino y lo humano y al verme, gritó: - ¡No te rías o te empapelo! 

Naturalmente, me partía de risa,

 

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario