domingo, 28 de febrero de 2021

Hecho unos zorros.

 Mi primer abuelito se ha tirado un montón de días sin aparecer por casa. Estaba un poco preocupada por si le había pasado algo aunque, siendo un alma ya juzgada ¿qué le puede pasar, como no sea que lo manden a hacer un recado al final de la Eternidad, que debe estar bastante más allá del quinto pino?

La cuestión es que hoy ha aparecido, de nuevo, sobre la lámpara del comedor, eso sí, hecho unos zorros. El sudario de seda dorada estaba hecho jirones, iba despeinado, ojeroso... en fin, echo un asco. - Abuelito ¿has chocado contra un camión? - Por toda respuesta ha soltado unos suspiros tan hondos que a punto ha estado de dejarnos sin aire. 

Hasta el árbol de la calle se ha estremecido. - ¿Qué le pasa al abuelo, nena? - Eso quisiera saber yo. - Pero claro, si me habla en suspiros no voy a enterarme de nada. - ¿Tu no presumes de saber telepatía, guapa? - ¿Lo pones en duda? mira que escribo al Ayuntamiento para que vengan a podarte de raíz. - Yo también te quiero, boba de Coria (dijo el jodío árbol con retintín)

Cuando se le acabaron los suspiros, que tardó horas en hacerlo, dijo: - ¡Esta mujer es fiera! - ¿Zascandileando con algún alma de la que no me has contado nada? (pregunté).. Entonces me di un manotazo en la frente. ¿No será...? ¡¿Es la Momia quien te ha dejado en tal lamentable estado?! - ¡Que poderío de mujer! Es insaciable. La pobre ha pasado "mucha hambre" en el terreno amoroso pues su marido fue un pica flor y yo he tenido la suerte de recibir todo lo que no pudo dar. 

Yo estaba ojiplática. - Pero si va camino de los ciento quince años... - Está en la flor de la vida. (lo miré) Una quinceañera maravillosa (remiré) ¡Que suerte he tenido encontrándola! (volví a mirarlo y dije: ¡AMÉN! Y abrí una botella de chinchón para brindar por el que dijo eso de que el amor no tiene edad. Menudo sabio el tío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario