lunes, 19 de septiembre de 2022

Ni en sueños.

 Me he despertado bañada en sudor y todo por culpa de la abuela. Por eso me he levantado hecha una polvorilla a coger el teléfono y llamar a la Torre del Paseo Marítimo. Tuve que repetir la llamada unas cuantas veces hasta que, por fin, el pánfilo de Geoooorge dijo con voz pastosa: - ¿Yes? - ¡Ni yes ni leches! Hace una hora que llamo. Dile a la abuela que se ponga. - Madame dormir, boba of Coria. Ser cinco de la madrugada. - ¿Ah, sí?... - Colgó.

No me quedó más remedio que acostarme de nuevo pero ya no pude dormir porque en casa se había montado un sarao que me rio yo de las verbenas de barrio. Todo fue cosa de las bolas de polvo que están muy creídas ellas desde que el personal se puso de su parte hace unos días.

Cerré la puerta del cuarto para estar tranquila pero no tardó mucho en colarse Pascualita que venía huyendo del jaleo reptando pasillo adelante. La subí a la cama y me dispuse a cerrar los ojos cuando un ritmo sandunguero se coló por debajo de la puerta. - ¡Oh, no. Las jodías bolas de polvo! (exclamé)

Pascualita es más expeditiva que yo. Ella no se queja, actúa. Saltó de la cama y en un periquete no quedó ni una bola.

Dormimos hasta muy tarde. Hasta que sonó el teléfono. Era la abuela. - "Me ha llamado tu jefe, nena..." - ¡Ostras! Se me ha olvidado ir a trabajar... ¿Has contestado tú? - "La misma que viste y calza" - Pues a ver qué me invento como disculpa porque lo de que te has muerto de madrugada ya no me vale... 

- "Dice Geooorge que me has llamado" - Ah, sí. He tenido un sueño erótico-festivo que no he podido rematar por tu culpa, abuela. - "¿Y eso?" - Porque, cuando estábamos en el momento cumbre y le dije al Adonis que me hiciera un bisnieto, se desinfló. Dijo que él sabía hacer hijos pero que a la lección de hacer bisnietos aún no había llegado ¿Ves como es culpa tuya? 

Del otro lado del teléfono me llegó un suspiro profundo y un lamento: - "Que cruz tengo contigo..." - Y colgó.  


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