miércoles, 28 de septiembre de 2022

¡Vaya por Dios!

 Poco a poco los vecinos fueron tomando las de Villadiego caminito de sus casas entre murmullos de cotilleo sobre lo visto y oído esa tarde. Pero todo cambió cuando alguien se dio cuenta de que le faltaba un calcetín. Fenómeno que le ocurrió a todo el mundo, forense incluído. 

El murmullo creció en intensidad y hasta en admiración porque, como dijo una vecina: - Hay que ser muy artista para robarnos un calcetín a cada uno, sin quitarnos los zapatos. - Todo el mundo estuvo de acuerdo.

Cuando nos quedamos solos llamé a Pompilio. - Has tenido mucho trabajo ésta tarde ¿verdad? - ¡Sí! Ha sido fantástico. - ¿Cómo lo haces para llevarte el calcetín sin que tengan que descalzarse? - No puedo decírtelo. Es un secreto familiar que se remonta a la creación de los primeros calcetines que usó la gente. Una antiquísima tatatatataratatarabuela mía, muy mañosa,  ideó este arte y venimos usándolo desde entonces. - ¡Enhorabuena!

El frufrú de la seda del sudario de mi primer abuelito anunció su llegada. - ¡Vaya abuelo elegante que tengo! - Soy lo más bonito que se pasea por el Más Allá. Dior siempre dice que mi color fetiche es el rojo pasión. Juzga tu misma. Por cierto, desde que he oído al forense reconozco que también me ilusiona tener un bisnieto. - Tengo que contárselo a la abuela

- "¡¿Que es qué?!" - Forense. - "¡No puedo tener un bisnieto de un forense!" - ¿Qué más te da? - "¡Claro que me da! Me da repelús". - Pero si no lo verás trabajar... - "¡Lagarto, lagarto! Búscate otro pretendiente" - Es el único que he encontrado que sepa hacer bisnietos... - "¡¡¡HE DICHO QUE NO!!!"

La abuela se ha cerrado en banda y no he podido sacarla del NO, con mayúsculas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario