martes, 9 de mayo de 2023

La Coronación.

 El otro día, sentadas Pascualita y yo delante del televisor, con una jarra de chinchón on the rocks, almendras fritas, patatilla, queso mahonés y galletas de Inca ocupando toda la superficie de la mesita de centro, nos dispusimos a ver la coronación del nuevo Rey de Inglaterra y su Reina Camila. 

Suele pasar que me quede traspuesta en algunos momentos, cosa que ocurrió varias veces pero pude seguir el hilo de la ceremonia. Sin embargo acabé teniendo un sofocón al ver que todo había terminado sin que yo lo viera.

- Ya podrías haberme despertado, jodía (recriminé a la medio sardina que estaba bañándose, tan ricamente, en la jarra del chinchón) 

En la tele daban una película antigua, de espadachines y no le presté mucha atención porque, de pequeña las vi todas. Pero, de repente, el rey al que coronaban era clavadito a Charles palito, palito, palito. 

¡Era él! ¡El de las revistas! y aplaudí a rabiar porque ¡Si se corona, se corona como Dios manda! Con armiño, corona carísima y unción en aceite de oliva virgen. 

Corrí al teléfono: - ¡Abuela, dile a Geoooooorge que se ponga! - "Está llorando y se ha terminado una botella de chinchón" - Pascualita tiene un coma etílico y hace hipos. - ¿Yes... ¡hip!...? - ¡Geoooorge, que bonito llevarnos a la Edad Media a pesar del Brexit... - ¡Oh now! Tú now ,,, ¡hip!... y colgó


 

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