domingo, 14 de mayo de 2023

SE REPITEN COMO EL AJO.

 Da gusto doblar la ropa ahora y comprobar que no falta ningún calcetín, en cambio los ingleses lo tendrán crudo ahora con la llegada de Pompilio a Gran Bretaña y sus muchas ganas de trabajar. Tanta gloria lleves como descanso dejes, le deseé.

Poco rato después  se oyeron cuchicheos en el comedor. Eran los comensales de la Santa Cena hablando entre ellos y Pascualita. Me senté a escuchar: - ,,, pues lo he visto pasar cargado... - No puede ser. Ella dice que se marchó. - Fíate tú de lo que dice esa jajajaja 

- ¿Quién era ESA? ¿La sirena? ¡Claro, ¿quién iba a ser si no? Se lo habrá oído decir a ... ¿mi? O a mi primer abuelito; a las bolas de polvo...; A mi ¡Vaya! Están hablando de mi. 

El atronador sonido de una batucada llenó mis orejas que se encogieron atemorizadas. - ¡Alguien nos quiere sordas! (gritó la más dramática) La otra, al poco, se impregnó del ritmo frenético de los tambores y bailó como una posesa haciendo tintinear el pendiente de bisutería que se me quedó pegado en la mano un día que estuve en la Feria..

Mi primer abuelito me saludó desde lo alto de la lámpara del techo mientras ejercía de Director de Orquesta con una batuta una batuta imaginaria. El abuelito iba de estreno y el sudario llevaba incorporados los tambores aporreados por las baquetas bailonas que me recordaban mucho a los cubanitos culito-respingones de la bisabuelastra.

¡ Y entonces pasó Pompilio! - ¡Pero, pero, pero... (balbuceé) Mi primer abuelito habló: - Este es un nuevo Pompilio. Recuerda que todos se llaman igual - ¡Estamos apañados!


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