lunes, 29 de mayo de 2023

Mala memoria.

Tengo mis dudas sobre si la historia que ha contado Pascualita es verdadera. Se lo he preguntado varias veces. Al principio estaba muy segura pero una hora entera de preguntar siempre lo mismo, la hizo dudar y así seguimos.

Para colmo mi primer abuelito había desaparecido . Le llamé hasta desgañitarme. Los únicos que se dieron por aludidos fueron los vecinos de la finca, que vinieron a aporrear la puerta y los comensales de la Santa Cena que acabaron dándome la espalda.

Pascualita salió flechada del interior del barco hundido hasta chocar con mi mano donde clavó sus dientecitos de tiburón e inoculándome su saliva envenenada. Ahora tengo una mano tan grande como una raqueta de tenis.

Finalmente el abuelito apareció dentro de una caja de zapatos. - Ya se acabó el cuento, nena. - Pero me has dejado intrigada ¿Cómo podemos saber, a ciencia cierta, si Pepe el jibarizado es Pepa? - Hay que fiarse de la sirena. - Imposible. Mira como me ha puesto la mano.

Pascualita se asomó tan de repente al borde de la pila de lavar del comedor que me asustó. - ¡Aaaayyyy! que fea eres, jodia. - De la cocina llegó el OOOOOOOOOOOOO de Pepe - El abuelito tradujo: - Dice que pasó de princesa a guerrero tan deprisa que no recuerda qué fue primero. Pero sí de lo rico que estuvo el cocido hecho con la gente de su tribu. Dice que aún hay invitados que lo recuerdan.

 

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