domingo, 9 de junio de 2024

¡A votar!

El rolls royce de los abuelitos, aparcado en la parada del bus, ha obtenido el efecto deseado: alborotar al personal automovilístico que llevan media hora pitando como descosidos.

La presencia del cochazo se debe a que los abuelitos y la bisabuelastra, apodada la Momia, cariñosamente, dada su longevidad, pues lleva camino de quitarle el récord de años vividos al mismísimo Matusalem, han salido de la Torre del Paseo Marítimo para ir a votar, porque hoy toca elecciones europeas. La Momia es muy de quedar bien y si hay que ir a votar, se va. Y ya puestos, se han dado un paseíto por Palma y nos han hecho una visita... impuesta por mi bisabuelastra para estar junto al amor de su vida: el alma de mi primer abuelito que, por cierto, ha aparecido sobre el regazo de ella con un sudario espectacular.

Confeccionado con seda salvaje del Caribe más bullanguero. Con urnas bordadas en las que no paraban de entrar papeletas que hacían cosquillas a la Momia que reía a mandíbula batiente.

Yo fui describiendo lo que pasaba entre la pareja sin pensar que Andresito (mi segundo abuelito) es hijo de la bisabuelastra y hay intimidades de los mayores que no pueden contarse a los hijos.

Estábamos tan contentos de tenernos los unos a otros que saqué una jarra llena de chinchón on the rocks y duró menos que un bizcocho a la puerta de un colegio. Así que tuve que sacar más y lo tomamos con ensaimadas.




 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario