sábado, 8 de junio de 2024

Servidor ¿de qué vas?

Blasfemé a pleno pulmón y hasta el árbol de la calle se tapó los oídos con sus ramas. Los comensales de la Santa Cena alucinaban en colores: ¿Qué dice? ¡No se entiende nada!

La Cotilla entró en casa como un elefante en una cacharrería - ¡Calla de una vez, animal de bellota! Tienes a los vecinos soliviantados! - A ver cómo estaría usted si le pasara lo que a mí. Me he enterado de que tengo un Servidor... - ¿Ah, sí...? ¿Es comestible? - No sé, no lo pregunté cuando me lo dijeron. - Pues, hija. Tendrías que haberlo echo y podríamos cambiar un poco de menú.

Llamé a la abuela y se puso Geoooorge: - Madame decir que no estar en the house. - Dile que tengo que pedirle consejo sobre un Servidor que tengo en casa. - "¿De qué hablas, María Fernanda?" - Tengo un Servidor. Debe ser algo así como un mayordomo inglés. -  "¿Quiéres ponerte a mi altura, nena? Hace falta tener pasta... " - Tengo espaguetis... 

- "¿Cómo es el tal Servidor? ¿Alto, bajo, moreno, rubio platino? A ver si puedes aprovecharlo para que te haga, por fin, a mi bisnieto." - Solo sé que es un poco rebelde aunque bien educado. Por ejemplo, ayer noche me falló y no pude escribir nada. - "Empezamos bien ¿Le dirías cuatro frescas, no?" - Ni lo vi. Está pero no le ves y ayer solo decía: - ¡Lo siento!

- "¿No será alguien del... Más Allá?" - Ah, pues no había caído. Hablaré con tu ex, abuela.

Fue nombrarlo y aparecer mi primer abuelito en lo alto de la lámpara del comedor. - ¡No tengo nada que ver con éste tema, nena! Será un impostor el tal Servidor ¿Quiéres que le de un susto? - No te diría yo que no.

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