jueves, 20 de junio de 2024

¿Egipto viene a saludarne?

Unos llantos exagerados han llegado hasta el rincón de mi cerebro donde se guardan los sueños y los muy jodíos, se han despertado. - ¡No! (les he gritado) ¿Qué nos importa quién llora? No son horas de indagar como sabuesos sin lupa. ¡A dormir, puñeta!

Todo cuanto he dicho ha caído en saco roto. Los Sueños se habían desvelado y me tocó levantarme de la cama e ir a mirar quien era el llorón... o llorona.

Siguiendo la Escandalera mis pasos me llevaron hasta el balcón y no me quedó otro remedio que despertar a la Cristalera para poder salir. Huuuuy, que mal le sentó a su Excelencia que la molestara. Pero, hija, es lo que hay y donde hay patrón no manda marinero.

No me había equivocado. El lloròn era el árbol de la calle y no fui yo sola quien le recriminó que no nos dejara dormir. Todos los personajes de casa se quejaban de lo mismo. - ¿No hay otras horas para llorar, bocazas? - Esta frase mía fue muy aplaudida: - ¡PLAS, PLAS, PLAS...¡

Gracias a que la Luna iluminó la escena, vi el árbol. ¡Parecía de chocolate! - ¿¡Qué te ha pasado, alma cándida!? - ¡El Cielo me ha llenado de barro! ¡Mira cómo me ha dejado! con lo pulcro que soy yo ...¡¡¡BUUAAAAA!!!

- ¡Es Egipto que viene a verme! (exclamé mientras entraba en éxtasis y flotaba al rededor del árbol como Peter Pan)

Pascualita, golosa, de tres lametones, ràpidos y precisos, dejó al árbol niquelao. Y luego se relamió.

No hay comentarios:

Publicar un comentario