domingo, 26 de agosto de 2018

A empezado la Vuelta ¡A dormiiiiiir.

Me ha dado por mirar fotografías antiguas, con Pascualita y Pepe. No me canso de mirarme en ellas ¡Que niña más bonita era yo! No es que ahora no lo sea, que lo soy, pero de manera adulta. - Mirad, ésta belleza soy yo de pequeña ¿A qué era guapa que tiraba de espaldas? - La sirena, rápida como el rayo, mordisqueó la foto. Suerte que lo hizo para jugar y pude rescatarla con pocos desperfectos.

Pepe, por el contrario, pasó olímpicamente de contemplarme y me enfadé con él, - A ti debieron criarte en la pocilga de la familia ¿Tanto te cuesta echarle una ojeada? Veo en tu modo de actúar una poquísima educación. Y no me vengas con las excusas de siempre: que si no tengo ojos, ni lengua, ni cuerpo ni nada, que ya lo tengo muy escuchado... Veo que no te gusta que te cante las verdades del barquero ¡pues te aguantas!

De repente un pensamiento dejó en segundo plano la discusión con Pepe. ¿Cómo debió ser Pascualita cuando nació? ¿Tan guapa como yo? ¡Claro que no! Y entonces la imaginé: un pequeño pececito nadando entre los corales. Era graciosa hasta que le veías la cara ¡horrorosa!

Sus padres se avergonzarían de que la vieran los vecinos. Si yo fuera ellos, volvería a meterla en la cáscara de huevo del que la sirenita había salido y mandarla por el mismo recorrido. Miré a Pascualita con pena en el momento que se abrió la puerta de la calle,

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! Uff, que caloooooor hace... ¿Estas fotos son tuyas? ... A veeeeer ¡Ostras, que fea! - ¿Quién? - Pues tú, ¿Quién será sino? - ¡Pero si estoy preciosa! - A ver, échame el aliento a la cara.... ¿no has bebido chinchón?

La puerta volvió a abrirse y entró la abuela. - "¿Y éstas fotos? jajajajajajaja ¡Mira que eras fea! Un pequeño mono peludo. Del susto se le cortó la leche a la vecina de la cama de al lado"

Llevo toda la tarde mirando la foto y sigo encontrándome guapísima. Y las dos amigas no paran de reirse mientras no me quitan ojo. - "¡Un chinchón, por favor!" - Como no había especificado quién tenía que hacerlo, la Cotilla y yo no nos movimos del sofá. Además, ha empezado la Vuelta ciclista a España y nos dormimos, tal como manda nuestra tradición

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